Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Nombres propios: Billie Piper

No deseamos que el título de nuestro post lleve a engaños ni quiera dar la sensación de menosprecio hacia uno de los grupos musicales que, en el momento de su lanzamiento, se convirtió en el «icono pop de los años 90» en todo el mundo y cuyas personalidades aún siguen dando que hablar. En absoluto significa eso, sino que nos da pie a hablar de la mujer que hoy protagoniza estas líneas: Billie Piper.

Y es que esta actriz británica nacida en 1982, antes de ser reconocida por el gran público por sus trabajos teatrales y televisivos, había iniciado su carrera artística como cantante de éxito en 1998 con solo quince años cuando entró en la lista de discos más vendidos en Gran Bretaña con su «Because we want to» al que siguieron dos discos de larga duración: Honey to the B (1998) y Walk of life (2000) bajo el sello de Virgin Records. Al éxito inicial de su carrera como cantante siguió un estrepitoso fracaso comercial que llevó a Piper a reconducir su carrera hacia la interpretación. Y, de nuevo sin menospreciar su valía musical —que hizo que hubiera podido convertirse en una de las Spice Girls además de verla fugazmente pidiéndole un autógrafo a Juan Domingo Perón en la película Evita— es un hecho que todos agradecemos aunque, la verdad, es que Billie tenía un estilo noventero inconfundible y este video que os adjuntamos explica que la quisieran enrolar con las chicas picantes de Victoria Beckham, en aquellos momentos, Victoria Adams aka la «Posh Spice»

Desde 2003, pues, Billie Piper se centrará en una carrera interpretativa no excesivamente extensa por el momento pero de una intensidad apabullante no solo por los títulos —televisivos esencialmente— en los que podemos encontrar su nombre sino especialmente por la textura de sus interpretaciones. Entre los primeros destacarán su participación como Rose Tyler en la serie de culto Doctor Who (entre 2005 y 2006 y luego en 2008, 2010 y 2013) o como Belle de Jour en la serie Secret Diary of a Call Girl (ITV2, 2007-2011). En ambas ya se aprecia una de las características esenciales de Piper: la contundencia de una interpretación llena de matices casi imperceptibles que, a través de una relación milimétrica-casi matemática va a ligar de manera absolutamente orgánica la palabra y la gestualidad y éstas con la emoción y la evolución de unos personajes que tienen cambios realmente drásticos a lo largo de su existencia.

Una buena muestra de ello lo encontramos en el personaje de Brona-Lily, encarnado por Piper en Penny Dreadful. Tras ser la dulce y ciertamente dickensiana Brona, la prostituta que enamora al salvaje Ethan Chandler en la primera temporada de la serie, Lily se descubrirá como una díscola y reivindicativa compañera de Calibán en el episodio Memento Mori  que tendrá como colofón el discurso programático a las prostitutas reclutadas y alojadas en la casa de Dorian Gray a las que transformará en combatientes feministas frente a un patriarcado decimonónico y actualizado al mismo tiempo. En él, Piper va a desplegar toda su técnica teatral para pronunciar un monólogo visceral en el que el espacio —la mesa del salón en el que cenan las mujeres— va a a convertirse en una pasarela en la que objetos y disposición escénica ayudan a una interpretación en la que movimientos, alturas, gestualidad y palabra son absolutamente indisolubles. Digno de ver en cámara lenta para apreciar la tremenda organicidad desplegada por Piper.

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Billie Piper como Lily en la tercera temporada de Penny Dreadful (episodio 7)

Una meticulosidad en el trabajo que también observamos en uno de los papeles que la han convertido en la única actriz británica que ha conseguido todos los premios posibles a la mejor interpetación femenina gracias a su papel como «ella» en la obra Yerma (Young Vic, estrenada en 2016 y representada en 2017) basada en el texto de Lorca y adaptada por Simon Stone. Una puesta en escena recogida en la programación del National Theatre Live de este año —un ciclo que recomendamos vivamente— y que no tiene desperdicio especialmente en su nivel actoral y concepción espacial. La interpretación de Piper fue considerada como «la mejor interpretación de la década y de una generación» por periódicos como The Guardian y The Stage y, como hemos comentado, le ha valido no sólo el Premio Laurence Olivier sino también el Critics Circle Theatre Awards, Evening Standard Theatre Awards, Whatsonstage Awards, Glamour Awards y el Broadway World Theatre Awards.

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Billie Piper en «Yerma»

Por todo lo comentado en estas líneas, no cabe duda de que Billie Piper va a darnos más que buenas interpretaciones teatrales —alguien me comentó que es mejor en el teatro que en la pantalla— y televisivas en los próximos años. A estas últimas debemos añadir una ficción recién lanzada en Netflix , Collateral, creada por David Hare (The Hours, 2002 y The reader, 2008) para la BBC2 bajo la responsabilidad de la directora S.J. Clarkson. Una ficción de la que tendréis noticias puntuales la próxima semana en un post dedicado a esta nueva producción que cuenta con ingredientes más que atractivos. Esperaremos solo unos días para saber cuál es el resultado final de Collateral.  No dejéis de leerlo.

 

 

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