Nombres propios: Evan Peters, Denis O’Hare y Finn Wittorck
Bueno, en realidad no te deja indiferente ninguno de los actores recurrentes en las ficciones televisivas de uno de nuestros showrunners fetiche de la ficción contemporánea, Ryan Murphy. Si bien el bueno de Ryan se ha caracterizado sistemáticamente por escribir guiones magníficos para las actrices que ya forman parte de su «familia» (Jessica Lange, Sarah Paulson, Kathy Bates, Angela Basset, Lily Rabe o Emma Roberts), no es menos cierto que las últimas entregas de American Horror Story han ido incorporando a personajes masculinos potentes. Unos caracteres personificados por una lista de actores que tienen dos características comunes; la primera, profesional, es su carisma personal que se traduce en interpretaciones soberbias; la segunda, un tanto más frívola, es que todos están de muy buen ver.
Por eso nos resulta un tanto difícil seleccionar a tres de ellos para nuestro post porque a Evan Peters, Denis O’Hare —el más maduro de ellos, quizá de no tan buen ver pero más que espectacular— y Finn Wittrock debemos unir nombres como los de Wes Bentley, Darren Criss, Matt Bomer, Cheyenne Jackson, Joseph Fiennes, Zachary Quinto, Glenn Powell, John Stamos, Cuba Gooding Jr. o Taylor Lautner.
El joven Evan Peters, nacido en 1987 en Saint Louis, es sin duda alguna uno de los actores emblemáticos de las producciones de Ryan Murphy y de manera especial en American Horror Story. La trayectoria de Peters incluye participaciones secundarias en series como Without a trace, Monk, House M.D, The Mentalist, The Office, One Tree Hill, Parenthood o In plain Sight, campañas publicitarias de PlayStation y Kellogs, y, finalmente un papel protagonista en la película Clipping Adam (2004) por el que ganó el premio a la mejor interpretación revelación en el Phoenix Film Festival. Sin embargo, su reconocimiento llegó de manos de Ryan Murphy quien lo incoporó desde la primera temporada de American Horror Story como actor recurrente con personajes realmente perturbadores y/o desquiciados pero con un toque poético por decirlo de algún modo que se traducirá en una extrema relación empática con las audiencias por muy extraños o extremos que sean sus personajes. Y es que Evan Peters nos cae bien a todos.
Así, Peters encarnó al conflictivo adolescente fantasmagórico Tate Langdom en «Murder House»; a Kit Walker, el presunto asesino serial Bloody Face en «Asylum»; al reconstruido Kyle Spencer en «Coven»; a Jimmy Darling, el chico-langosta de «Freak Show»; al desequilibrado James March, propietario del Hotel Cortez en «Hotel»; y, finalmente, al también perturbado antepasado dieciochesco de Dandy Mott en «Roanoke». Una colaboración con Ryan Murphy y la serie que, si algun día no se produjera, sería un auténtico trauma para los seguidores de la serie. Pero no todo es terror en la trayectoria de Evan: también lo hemos visto como uno de los asesores del presidente en Elvis & Nixon y como Quicksilver en las entregas de X-Men, Apocalypse y Days of the Futur Past. Evan Peters es, sin duda, un valor en alza al que seguro que veremos en muchas más producciones en estos años.
Un calificativo, el de valor en alza, que comparte Peter «Finn» Wittrock, nacido en Lenox en 1984 y cuya trayectoria va ligada al teatro esencialmente antes de ser incorporado por Murphy a su lista de actores recurrentes. De esta manera, Wittrock inició su carrera profesional en la compañía de su padre, la Shakespeare & Company, y también como alumno becado de la escuela Juillard de Nueva York en la que, además de seguir los cursos de interpretación, fue colaborador activo en el periódico de la sección de drama de la misma. Así, antes de su incorporación a la televisión, Wittrock participó con papeles destacados en producciones de Broadway y de compañías independientes con repertorios que alcanzan a Shakespeare, Arthur Miller o Tenessee Williams: Candide, Romeo and Juliet, Othelo, The Glass Menagerie, The Deep Blue, Sweet Birtd of Youth, o Death of a Salesman con el que ganó, en 2012, los premios Theatre World Award y el Clarence Derwent Award al actor masculino más prometedor. Toda una carrera teatral que llamó la atención de Ryan Murphy en 2014 quien contó con Wittrock para su miniserie The Normal Heart, incorporándolo posteriormente al elenco de AHS: Freak Show como el psicópata Dandy Mott y en Hotel como el díscolo y vampirizado Tristan Duffy y su doblete como Rodolfo Valentino. Actor extremadamente versátil como Peters al que, sin duda, también veremos en nuevas producciones aunque, por de pronto, ya lo hemos visto en acción en Unbroken de Angelina Jolie, Noé de Darren Aronovsky y La La Land de Damien Chaselle.
El más maduro de todos ellos es Denis O’Hare, una de mis debilidades de entre los chicos Murphy, lo confieso, y por muchos motivos, entre ellos su papel como Liz Taylor. Nacido en Kansas en 1962, O’Hare tiene una importante trayectoria profesional a sus espaldas: desde sus papeles en las producciones musicales de Broadway como es el caso de Sweet Charity (2005) por el que obtuvo el premio Drama Desk como mejor actor destacado en un musical, como también sucedió con Assassins, hasta el Tony al mejor actor en 2003 por los monólogos en Take Me Out —por los que obtuvo cinco premios más como actor más prometedor y actor destacado en una obra teatral— pasando por una amplia filmografía que abarca títulos de géneros muy diversos como 21 gramos, Charlie Wilson’s War, Rocket Science, Michael Clayton, Milk, Quarantine, Changeling, Brief Interviw with Hideous Men o An Englishman in New York.
Por todo lo dicho parece que Denis O’Hare es un secundario imprescindible, algo que se rompe en las producciones de AHS y su colaboración con Ryan Murphy donde, a pesar de tener papeles en principio no excesivamente importantes, resultarán esenciales para el desarrollo de las historias. Una importancia que se va ampliando a lo largo de las temporadas. Así, el enigmático pero especialmente frágil Larry Harvey de «Murder House», dará paso al intertextual Spalding en «Coven» y su caracterización mixta del Rif Raf de The Rocky Horror Picture Show y Scary Movie, a Stanley, el cazador de freaks de la cuarta entrega y al profesor Elias en Roanoke. Y hemos dejado de lado a Liz Taylor porque creemos que es una de las mejores interpretaciones —y papeles— de la entrega donde O’Hare realiza una cuidadísima interpretación de un hombre que descubre su sexualidad femenina en el Hotel Cortez, único lugar en el que la puede desarrollar libremente, y en el que halla no solo la comprensión de una familia vampírica sino también donde se reencuentra con su hijo que le respeta en su decisión y le reafirma como persona. Una lástima que no nominaran a O’Hare por este papel, sin duda, uno de los más brillantes de la serie de Murphy.
Como hemos dicho, nuestra selección de nombres propios ha sido totalmente arbitraria. En cualquier caso, ¡Larga vida a todos los chicos Murphy!
Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional.