Nombres propios: Jenji Kohan
Para darse cuenta del peso de Jenji Kohan en la industria televisiva actual, solo hace falta mencionar un título: Orange Is the New Black. Esta serie, ofrecida en sistema streaming por la plataforma Netflix, es uno de los mayores fenómenos de los últimos años dentro de eso que ha dado en llamarse «televisión de calidad«. Decenas de premios, críticas positivas, fans entusiastas, actrices entregadas… el pack completo del éxito, por fugaz que este pueda ser.
Kohan es un producto genuinamente estadounidense, como sus series: nacida en Los Ángeles en 1969 dentro de una familia judía practicante, su universo es el de aquel país y su foco se acerca a los márgenes del sueño americano cuando toma la batuta como creadora, bien para hablarnos de una viuda que se pone a vender marihuana para mantener a su familia (Weeds), bien para tirarnos de cabeza a las aguas moviditas de una cárcel de mujeres donde el drama y la comedia son el pan nuestro de cada día (la ya citada Orange).
Antes de ser la lideresa de estos exitosos productos, sin embargo, Kohan fue guionista de episodios sueltos en otras series de éxito, aunque de tono muy diferente al que ahora nos tiene acostumbradas: The Fresh Prince of Bel-Air, esa sitcom cuya sola mención imagino que sonrojará a la actual superestrella Will Smith; Friends, donde faltaba toda la diversidad que ahora Kohan se empeña en presentar en sus creaciones; Sex and the City, alejadísima por clase y preocupaciones de sus Red, Crazy Eyes, Alex, Boo, o Soso en Orange; Will and Grace, donde quizá pudo practicar los ágiles diálogos que ahora la caracterizan; o Gilmore Girls, en la que esa agilidad se convertía directamente en batalla dialéctica cuerpo a cuerpo.
Su vena de cuentista y narradora puede venir de su madre, novelista; su oído para el lenguaje y la palabra justa quizá sea herencia de su padre, compositor y productor. Sus ideas originales y su enfoque progresista llegan, entiendo, de una historia de vida marcada por la revolución sexual de los años setenta que la vieron crecer, así como por una realidad -la actual- en la que está casi todo por hacer en cuanto a igualdad en el tratamiento de temas sociales y/o representación.
Kohan es una mujer de negocios y una creadora comprometida, como ella misma ha dejado claro al describir Orange Is the New Black como una forma de activismo. Tiene espíritu feminista, valor para ponerlo en la pantalla y medios para hacer circular sus ideas entre millones de espectadores/as. El año pasado, de hecho, la revista Time la nombró una de las personas más influyentes del mundo, y su colega Shonda Rhimes escribió entonces sobre ella que era «una fuerza de la naturaleza«. Por todo ello, quizá nos convenga permanecer atentas a nuestras pantallas. Seguro que habrá algo bueno por llegar de esta mujer de intenso cabello azul.
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