Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Mafia y equidad en la nueva temporada de “Peaky Blinders”

Peaky Blinders clausuraba su tercera temporada con un final de infarto que parecía augurar la total desintegración del clan Shelby. Si bien Tommy conseguía salir airoso de una de las situaciones más peliagudas (esto es, el rapto de su hijo), el precio a pagar era elevado. El resto de miembros de la familia eran arrestados por la policía, a la espera de una cuarta temporada que se ha hecho esperar, pero que viene cargada de lo que de ella se esperaba: el avance, siempre en progresión ascendente, de los proyectos de Thomas Shelby, y una escalada en la tensión no solo dentro del seno familiar, sino también en las calles de la Birmingham de los 30 aquí representada. Y todo ello aderezado con la incorporación al reparto de intérpretes de peso como Adrien Brody, Aidan Gillen (Petyr Baelish en Juego de Tronos) o Charlie Murphy, además del muy celebrado regreso de Tom Hardy.

Nos encontramos, pues, con el Tommy más solitario, desprovisto ahora del apoyo familiar de antaño. Pese a que todos y cada uno de los detenidos son condenados a la soga, lo cierto es que el líder de los Peaky Blinders se las ingenia para lograr su indulto a última hora. Sin embargo, el rencor se instala en el seno familiar de los Shelby, con lo que el aislamiento de Tommy es total. Su única compañía es ahora la de su hijo, con quien vive en un aislamiento auto impuesto, conocedor de que el daño causado a sus seres queridos es demasiado profundo como para tratar de revertirlo. Sólo existe una cosa que pudiera propiciar una reunión familiar; el surgimiento de una amenaza común.

Es aquí donde entra en escena la gran incorporación de esta temporada. Se trata de Luca Changretta, un capo de la mafia neoyorquina interpretado de manera reseñable por Adrien Brody. Changretta envía en la víspera de navidad sendas manos negras a Tommy, Arthur y John, declarando así la guerra a los hermanos Shelby por una afronta del pasado; el asesinato de los miembros de la organización, Angel y Vincente. Por lo tanto, en esta ocasión el enemigo es nada más y nada menos que la mafia. Estas son palabras mayores, así que una reagrupación de la manada y la orquestación de un plan conjunto en su Birmingham natal parece ser la única opción viable, aunque nadie parezca estar por la labor. Al fin y al cabo, se trata de un conflicto entre familias y, como se suele decir, la familia que permanece unida jamás será vencida.

Luca Changretta
La interpretación del mafioso Luca Changretta por parte de Adrien Brody es uno de los platos fuertes de esta nueva entrega.

Sin embargo, las tiranteces no desaparecerán, muy en especial por parte de Polly (Helen McCrory), la gran matriarca de esta familia, que se demostrará incapaz de perdonar a Tommy de buenas a primeras. Pero el líder no deberá tan solo ganarse una vez más el respeto y lealtad de los miembros de su familia, sino que también deberá buscar nuevos aliados que contribuyan efectivos en la guerra contra los malintencionados visitantes italoamericanos. Entre ellos se encontrará Abarama Gold (Aidan Gillen), un salvaje asesino a sueldo de sangre romaní que colaborara en la caza de los enemigos de los Shelby a cambio de un precio por cada cabeza entregada y un empujón en la carrera pugilística de su hijo Bonnie. El segundo en discordia será el siempre díscolo Alfie Solomons (Tom Hardy), cuyas intenciones serán, una vez más, opacas.

Así pues, la trama principal gira en torno a la amenaza de la mafia y la subsiguiente acción que de ella se destila en las calles de la ciudad, con múltiples bajas en ambos bandos. Por otra parte, en esta temporada de Peaky Blinders se ve también representado un conflicto que está la orden del día más allá del ficción, pero ambientado en la década de los 30. Esto dice mucho del poco avance que se ha producido a lo largo de los años en esta materia. Se trata de la equiparación salarial de hombres y mujeres, una reivindicación que llega a la puerta de una de las fábricas de Tommy de la mano de Jessie Edens (Charlie Murphy). Estamos ante una de las líderes del movimiento comunista, y, como tal, tiene el poder de movilizar a la fuerza de trabajo femenina en una huelga. Y esta es, precisamente, la amenaza que pondrá sobre la mesa.

women strike
Las mujeres hacen frente común, lideres una vez más por la gran matriarca Polly (Helen McCrory).

Por lo tanto, son dos los conflictos a los que Tommy deberá hacer frente en esta nueva entrega que, en general, cumple con las expectativas creadas. La historia de Tommy Shelby es la del “hombre hecho a sí mismo”, aquel que toma aquello que quiere sin pedir permiso, por lo que es lógico que a medida que la historia de los Peaky Blinders avanza el estatus de su líder se vea implementado. Sin embargo, la escala de las problemáticas en las que se ve envuelto y la magnitud de los enemigos a los que debe enfrentarse evolucionan a idéntico ritmo temporada tras temporada, por lo que la guerra jamás cesa.

Al parecer la quinta temporada será también la última, y son varias las preguntas que quedan todavía sin respuesta. ¿Será Tommy capaz de renunciar a la espiral de violencia y ambición que le atrapa en pos de una causa más noble? ¿O, por el contrario, enterrará definitivamente en el olvido cualquier resquicio de aquel chico idealista que fue a la Gran Guerra? ¿Cómo decidirá utilizar su inmenso poder?  Pronto tendremos las respuestas, en una nueva y quizás definitiva temporada de Peaky Blinders.

 

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