Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Nombres propios: James Joseph Parsons

Aunque resulta difícil separar al actor James Joseph Parsons (Houston, Texas, 1973) de su personaje Sheldon Cooper (protagonista de The Big Bang Theory), su caso es diferente al de Lena Dunham y su Hannah Horvath. En este último, como ya he comentado en anteriores posts, detecto un interés propio en la confusión entre realidad (persona) y ficción (personaje) por parte de la actriz y creadora de Girls. Pero el caso de Parsons es distinto: Sheldon ha caído tan bien a los telespectadores (aunque parezca mentira, dado lo peculiar que es), y el actor lo representa de forma tan acertada, que le ha hecho merecedor de premios Emmy al mejor actor de comedia en 2010, 2011, 2013, 2014 y del Globo de Oro al mejor actor protagonista de comedia en 2011 (por mencionar algunos de sus reconocimientos relacionados con el famoso científico de The Big Bang Theory). Este éxito ha contribuido a que, en 2015, se le haya concedido una estrella (la 2545) en el famoso Paseo de la Fama de Hollywood, así como que se le haya inmortalizado en una estatua de cera (que lleva, no en vano, ropa de Sheldon Cooper), que se encuentra en el Madame Tussauds de Orlando.

CERA SHELDON

Pero lo que quizá más tenga que agradecer James Joseph Parsons a Sheldon son los ingentes ingresos económicos que le ha aportado, convirtiéndolo, según la revista Forbes, en el actor de televisión mejor pagado: sus honorarios superan los 25 millones de dólares (sobre un millón de dólares por episodio). Pero que nadie se preocupe por los productores o la cadena que emite el programa, ya que, a pesar de esos sueldos millonarios, la serie va viento en popa, con una media cercana a los 20 millones de espectadores por episodio sólo en Estados Unidos. Que tampoco se inquiete nadie por el futuro de la serie, ya que, gracias a que las cifras de espectadores siguen en aumento, se mantiene como la más exitosa de Estados Unidos y tiene ya garantizadas al menos dos temporadas más.

No cabe duda, pues, que Parsons tiene motivos para afirmar que quiere mucho a Sheldon y que le debe mucho. Pero también deja claro su deseo de no quedarse encasillado en ese rol cuando explica que, no obstante lo anterior, sigue presentándose a audiciones y formándose en otras facetas. De ahí que nos preguntemos, pues: pero ¿qué hay más allá de Sheldon Cooper en relación a James Joseph Parsons? Es cierto que la naturalidad con que el actor encarna a su famoso personaje pueda llevarnos a pensar que está relacionada con que sus personalidades son genuinamente similares. De hecho hizo tan bien la audición para la selección de actores de la serie en 2006, que Chuck Lorre (que es uno de los creadores de la serie), le pidió que volviera al día siguiente a repetirla, para asegurarse de que su buena actuación no era solo fruto de la suerte del momento. A ello hay que sumar que el propio Parsons ha confesado que, como Sheldon, ama la ciencia y odia el sentimentalismo, y que le parece fácil representar a su personaje porque lo que más caracteriza a Sheldon es que le resulta difícil encajar y esto es un sentimiento que nos ha ocurrido a todos en algún momento de la vida (gusta oír reconocerlo para no sentirnos bichos raros si nos pasa). Sin embargo, no obstante lo expuesto, también son diversas las divergencias entre los dos seres. Quizá una de las más destacables es que, a diferencia de Sheldon (que se caracteriza por lo patosillo que es), a Parsons le encantan los deportes, principalmente baloncesto, béisbol y tenis. Otra es que Parsons reconoce no haber visto siquiera ni la idolatrada por Sheldon Stark Trek ni su querida Dr. Who. Tampoco se identifica con las neurosis de Sheldon, llegando a declarar que su comportamiento obsesivo a veces hasta le irrita (a Parsons no le importa que le quiten su sitio en el sofá, ni llama a las puertas en series de tres, por ejemplo), por lo que se limita a interpretarlo, sin pensarlo.

Hasta aquí una selección breve de las diferencias entre Parsons y Sheldon, pero también, para justificar que hay (ha habido y habrá) vida para el actor más allá de su archiconocido personaje, añadiremos que, antes de saborear las mieles del éxito, no todo fue tan rodado al intérprete (incluso en el terreno personal, tuvo que afrontar la muerte de su padre en un accidente de tráfico en 2001). Mientras estudiaba teatro en la Universidad de Houston (donde se licenció), ayudó a crear una compañía sin ánimo de lucro denominada Infernal Bridegroom Productions, que aunque obtuvo muchos premios, tuvo que clausurarse tras 14 años de vida por problemas económicos. Después prosiguió el camino propio de muchos actores en formación, con sus peregrinajes a San Diego, donde obtuvo un máster en The Old Globe Theatre y Nueva York, donde tuvo que aceptar trabajos de baja remuneración en Broadway e incluso de anuncios comerciales. Antes de su exitosa participación en The Big Bang Theory, tuvo hasta 15 intentos en pilotos de serie que nunca vieron la luz. Pero otros intentos sí resultaron exitosos, siendo así que ha participado en series como Ed (2002), y La juez Amy (2004); y en largometrajes como Algo en común (2004), En la cumbre (2005), o Dame cinco razones (2006).

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Parsons en Algo en común

Además, aunque a partir de 2007 encarna a Sheldon, como sabemos, ha simultaneado esta tarea con algunas otras como su participación en Family Guy (2009), sus actuaciones en Harvey, en 2012 (obra de Mary Chase estrenada en 1944); y en Wish I Was Here (2014); y su colaboración en Home (2015), poniendo voz al personaje animado Oh (2015).

HARVEY

Parsons en Harvey

Y respecto al futuro, la vida de Parsons más allá de Sheldon Cooper se va a centrar, en principio, y que se sepa, en su labor de productor de varios trabajos. Uno de ellos es El joven Sheldon, «spin off» de The Big Bang Theory que, como podemos imaginar, se centra en la infancia del protagonista de la segunda. Esta se ha empezado a emitir el 26 de septiembre en España. Otro es la serie The Family Gene, un drama médico basado en su libro homónimo y de no ficción escrito por Joselin Linder. Y el tercero se trata de un documental de temática parecida a la serie anterior (tan de moda, por cierto), titulado First in Human.

Aunque de forma muy resumida, espero haber ayudado a James Joseph Parsons a salir de su encasillamiento en Sheldon, para que, aunque como he mostrado, ya hay indicios de vida futura más allá de su personaje, le siga yendo bien en la etapa que le está por llegar. Aunque, la verdad, creo que, por muy mal que le vengan las cosas, tiene el futuro (al menos el económico) más que resuelto.

 

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