Mujeres (extra)ordinarias, «The Bletchley Circle»
Confieso que soy adicta a los thrillers, si son históricos, mucho mejor y si tienen una más que potente carga de crítica política ya soy absolutamente feliz. Si a todo esto le añadimos que descubres —aunque con un evidente retraso— una ficción británica en la que las protagonistas son las mujeres que formaron parte del entramado secreto que trabajaron con Alan Turing —otra de mis debilidades por muchos motivos— en el desciframiento de los códigos alemanes generados por la máquina Enigma el entusiasmo es completo. Y eso es justamente lo que me sucedió al ver las dos temporadas de The Bletchley Circle, producida por ITV en 2012 y 2014 con guión de Guy Burt.
La serie, dividida en dos temporadas, nos va a narrar tres casos muy diferentes: el seguimiento de la personalidad de un asesino serial ( «Cracking a killer’s code», primera temporada en tres episodios), el asesinato de un científico relacionado con Bletchley («Blood in their hands», segunda temporada en dos episodios), y el desmantelamiento de una red de contrabando que también se dedica a la trata de blancas («Uncostumeds goods», segunda temporada en dos episodios). La acción se situará en Gran Bretaña en la década posterior a la finalización de la II Guerra Mundial. De este modo, los argumentos estarán protagonizados por cuatro de las mujeres que, desde el recinto gubernamental y secreto de Bletchley, hicieron posible la predicción de los movimientos del ejército nazi: Susan (Anna Maxwell Martin) —que será sustituida en parte de la segunda temporada por Alice Merren (Hattie Morahan), Millie (Rachael Stirling), Lucy (Sophie Rundle); y, finalmente, la veterana Jean (Julie Graham).
Cada una de las mujeres será perfectamente diseñada en los primeros cinco minutos de cada temporada situados en Bletchley en los que las acciones llevadas a cabo por cada una de ellas y los diálogos van a establecer su configuración y sus respectivas especialidades: la introspectiva Susan detectará los patrones que subyacen en los mensajes encriptados; la cartógrafa Millie va a situar las distintas posibilidades de acción y va a empujar al resto de sus compañeras a revalorizarse ante sus superiores masculinos, unas atribuciones que también tendrá Alice, especialista en la manipulación y uso de las máquinas de encriptación; la tímida y jovencísima Lucy va a ser una base de datos viviente; y Jean, la responsable del grupo, va a saber dónde localizar la documentación necesaria en cada caso así como con quién de las instancias del poder debe hablarse en cada momento. Y justamente esta presentación magistral va a marcar una de las características de la serie: el impecable control de la información que el espectador necesita no solo para situarse en la acción sino para la caracterización de los personajes. Una concisión que eliminará de un plumazo el exceso de verborrea y suprimirá la utilización de flashbacks porque lo importante no es lo que sucedió en Blethcley sino cuál ha sido el destino de estas cinco mujeres.
Y es que el destino de todas ellas va a ser la invisibilización y la integración en los esquemas patriarcales debido en buena parte al cumplimiento del Official Secrets Act de 1939 que impedía cualquier tipo de filtración de las operaciones encubiertas del gobierno británico y que supondrá la negación del papel de estas mujeres —y de la mujer en general— en las operaciones que supusieron la derrota del ejército alemán. Algo parecido al argumentario visto recientemente en el film Hidden Figures (Theodor Melfi, 2016) que nos relataba la importancia de las mujeres negras en la carrera espacial estadounidense. Las llamadas «chicas de Alan» van a ser engullidas por los esquemas sociales de tal manera que Susan va a convertirse en perfecta madre y esposa del funcionario gubernamental Timothy Gray (Max Dexter) quien cree que la obsesión de su mujer por los puzzles complicados es simplemente un hobby; Lucy, que trabaja como secretaria tiene como marido al maltratador Harry (Ed Birsch); la mundana y superviviente Millie tendrá distintos oficios que irán desde camarera a traductora y, finalmente, al contrabando; Jean será bibliotecaria; y, Alice deberá cambiar de apellido para encontrar trabajo al haber pasado por la cárcel y convertirse, por ello, en una figura mediática. Así, la invisibilización de las cualidades intelectuales de las mujeres servirá para la defensa del papel social de la mujer y el planteamiento de su situación en unos esquemas masculinos que todavía perduran: la violencia de género en todas sus variantes, el menosprecio hacia su superioridad en campos eminentemente masculinos, el mantenimiento de los roles de género, el rechazo a la mujer por situaciones toleradas en los hombres, y la necesidad de la sororidad como único mecanismo de reivindicación y supervivencia. Unos mensajes clarísimos que atravesarán toda la serie y que son integrados orgánicamente en la acción sin ningún tipo de estridencia ni de verbalización panfletaria.
Pero tal como comentábamos al inicio de este post, The Bletchley Circle es un thriller con un trasfondo histórico fundamental con la Europa de la postguerra y del inicio de la Guerra Fría como escenarios esenciales. De este modo, los casos seguidos por las chicas de Blechtley mostrarán los aspectos más sórdidos de un país que está sumergido todavía en su reconstrucción moral además de estar estrechamente relacionados con operaciones secretas o silenciadas y que afectarán a las instituciones públicas mostrando la corrupción del momento. Una corrupción también extensible a la contemporaneidad, basten como ejemplos la inacción de los mandos policiales y de las agencias de inteligencia estatales ante casos con una fuerte implicación gubernamental, el falseamiento de noticias referidas a acciones experimentales secretas o la corrupción policial y el enriquecimiento de sus mandos con operaciones ilegales. Una contemporaneidad que, en el mundo de The Blechtley Circle, se relacionará directa o indirectamente con el mundo del espionaje aunque eso no sea ni de cerca lo más importante de sus argumentos, sino el diseño de los entresijos del poder a los que son totalmente ajenos los ciudadanos.
Una serie de personajes femeninos fascinante que ha sufrido un parón desde 2014 y de la que se anuncia un spin off (o una tercera temporada si se prefiere) para 2018 titulado The Bletchley Circle: San Francisco. Veremos cómo se desarrolla este traslado de algunos de los personajes de la serie a los Estados Unidos. Estoy segura de que será muy interesante dadas las premisas y el tono de las temporadas británicas. Iremos informando puntualmente de su emisión.
Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional.