Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«The Black-Eyed Children», ¿una leyenda urbana en la gran pantalla?

The Black Eyed Children (2009) es una película que tiene su origen en una leyenda urbana que ha pasado a formar parte de la cultura popular la cual ofrece material de cultivo para productos culturales, audiovisuales y prácticas transmediáticas poniendo en tela de juicio la discusión abierta entre lo que se ha venido clasificando como alta cultura frente y/o baja cultura. ¿En qué consiste la leyenda? Si hacemos una recopilación y una revisión documental general de testimonios que aparecen en prensa escrita (en el Daily Star o el Birmingham Mail, por ejemplo), en formato electrónico e incluso en programas televisivos con testimonios en directo éstos nos ofrecerán probablemente la narración en primera persona de sus en encuentros con estos niños fuera de lo común.

Establecer una genealogía sería deseable si quisiéramos examinar de forma exhaustiva este fenómeno pero lo que querríamos sugerir es que el supuesto origen de la leyenda urbana (de internet o digital, si se prefiere) data de varias publicaciones de la década de los ’90 escritas por el reportero de Texas Brian Bethel la web The Ghost Channel en la que a través del intercambio de emails (en 1998) donde se relatan encuentros con supuestos fantasmas que se personalizan en black-eyed kids (o black-eyed children). Redirigimos a los mismos en: http://web.archive.org/web/20050213181819/http://www.pinn.net/~royaloak/Stories/black_eyed.htm.

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Bethel describe dos de estos niños que tienen como elemento identificativo los ojos negros con una edad comprendida entre los 6 y los 16 años de piel pálida que, al parecer, hacen autostop o piden, sencillamente, que les dejen entrar dentro del espacio (“seguro” y “privado”) donde los adultos se encuentren (ya sea dentro del coche o dentro de su propia casa). Pueden aparecer de la nada en lugares tranquilos e incluso desiertos y parecen tener la capacidad para materializarse en un lugar concreto y las personas (también, parejas) que vivencian ese encuentro experimentan (según los relatos), un miedo instantáneo. Se les ha catalogado de demonios e incluso vampiros precisamente por el hecho de pedir permiso a la persona con la cual se encuentran para entrar en la casa o utilizar su teléfono.

Todo ello nos abrirá la posibilidad de si considerar esta leyenda urbana como un fenómeno paranormal “creíble” para los receptores y, a un segundo nivel, para la audiencia no solamente aficionada y consumidora de lo paranormal a través del visionado en programas de la las características de Cuarto Milenio sino también abriendo el panorama a una audiencia que tenga acceso a lo paranormal presentado en una sala de cine sin tener que ser expresamente consumidora de este tipo de productos culturales, audiovisuales y, también, que ficcionalizan supuestos casos que acontecen en un plano de realidad.

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Esta leyenda urbana supuso la petición popular de más historias basadas en encuentros similares principalmente en EE.UU. y en Reino Unido. Este recibimiento propició la  expansión y proliferación en la creación de historias semejantes a través de relatos con una base real a partir de testimonios que supuestamente habían vivido una escena similar o ficcional a través de lo que podríamos considerar el fanfic dentro del fandom derivado de esta leyenda popular a través de múltiples webs y wikis (http://creepypasta.wikia.com/wiki/Black-Eyed_People) o plataformas como Youtube.  

A tal respecto podríamos preguntarnos, ¿se ha convertido Youtube en el nuevo relator de cuentos para no dormir?, ¿en la nueva fuente de pesadillas compartidas por un considerable número de aficionados a historias paranormales (https://www.youtube.com/watch?v=Q1AoYB_1pk4&feature=youtu.be) o a seguidores de programas televisivos como Cuarto Milenio?, ¿podría considerarse, también, como un transmisor de miedos o pesadillas colectivas?

Let me in (2010) puso de relieve la premisa entroncando con la atmósfera en la que se mueven los BEKS. Por su parte, The Haunting of Sunshine Girl supuso el planteamiento de la leyenda en el cine que daría paso a The Black Eyed Children, una película adscrita al subgénero del found-fottage y proyecto posible gracias a las contribuciones en la plataforma Kickstarter. Sin embargo, en 2015 asistiríamos a la película Black Eyed Children: Let Me In (de Justin Snyder). Aparte de algunos otros documentales, la ficcionalización transmedia de los BEKS también se traspasa al mundo del cómic y la novela gráfica con la publicación este mismo año de la colección Black-Eyed Kids (Aftershock, 2016) de Joe Pruett y Szymon Kudranski.

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En definitiva, el fenómeno que bebe de la combinación de una leyenda urbana sujeta a ficcionalizaciones varias sirve de ejemplo ilustrativo de que las prácticas transmedia también pueden partir desde la cultura popular en forma de leyendas urbanas hasta expandirse en medios distintos (documentales, películas, .etc.) y donde la participación activa se desprende desde los supuestos testimonios reales de estos encuentros hasta los comentaristas de Youtube entendida como plataforma que ha permitido compartir experiencias vitales similares de personas que han vivido este tipos de encuentros conectándolas desde cualquier lugar del mundo hasta la audiencia que consume la película llevada a los cines como The Black Eyed Children (2012). Por tanto, consideramos que las ficciones que giran en torno a la figura de los BEKS parten desde una leyenda urbana que es susceptible de convertirse en una narrativa transmedia a través de un desarrollo bottom-up y, en ese sentido, cabe tenerla en cuenta como significativa y por erigirse mediante un proceso precisamente contrario al que estamos habituados con las grandes franquicias transmedia ya consagradas como Harry Potter o Star Wars.

 

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