Un viaje de fantasías y pesadillas. Doble episodio especial «Euphoria» (HBO, 2020)
Euphoria (HBO, 2020), creada por Sam Levinson, es una de las series más exitosas del momento. Después de una primera temporada que le valió a Zendaya el Emmy a Mejor Actriz el pasado mes de septiembre, HBO estrenó un doble episodio especial, a modo de intermedio antes del estreno de la segunda entrega prevista para este año 2021, que supone un doble viaje al interior de las protagonistas, Rue (Zendaya) y Jules (Hunter Schafer).
La primera parte, ‘Euphoria: Las rayadas no son eternas (Parte 1: Rue)’, inicia como un sueño, en el que Rue despierta a Jules llenándola de besos. Ambas viven juntas en Nueva York y todo aparenta ser idílico, se aman y sus vidas avanzan. Jules marcha de casa porque debe acudir a una presentación. Rue la abraza y le desea suerte, y, cuando se ha marchado, va al baño y se mete una raya. Y es aquí cuando esa fantasía se esfuma y regresamos a la realidad: Rue ha recaída en las drogas y su relación con Jules es inexistente desde que esta escapó.
La noche de nochebuena, Rue se sienta en el restaurante de un motel de carretera casi vacío que recuerda al cuadro ‘Nighthawks’ de Edward Hopper. Se cita allí con Ali (Colman Domingo), su mentor en las reuniones de rehabilitación para drogadictos, con el que mantiene una profunda conversación. Ali y Rue hablan de la drogadicción y como esta es una enfermedad degenerativa que nadie reconoce como tal de la que es muy difícil escapar. Comparten como esta les ha consumido y convertido en alguien que ya no reconocen, traicionando sus ideales e hiriendo a sus familiares.
La protagonista recuerda momentos límite, cómo cuando amenazó de muerte a su madre con un trozo de cristal, y no cree merecer el perdón. Pero Ali muestra que calificar nuestra acciones como imperdonables no deja espacio para la redención y en consecuencia la mejora. Ali intenta ayudar a través de sus vivencias a Rue, aunque ella no parezca estar preparada para asimilar su ayuda.
En cierto momento del episodio, Ali sale fuera del café y llama a sus hijos, con los que perdió relación por culpa de las drogas. Mientras, Rue escucha con sus auriculares ‘Me in 20 Years’ de Moses Sumney, letras que conectan con la angustia que invade a Rue. Poco a poco la conversación alcanza un momento de catarsis. Finalmente, Rue acaba por abrirse sin miedo y Ali le expresa que cree en ella.
La segunda parte, ‘Euphoria: Los perfectos a m*marla (Parte 2: Jules)’, cuenta con la brillante actuación de Hunter Schafer quien también es co-autora de esta. Vemos a Jules en una consulta psicològica. «¿Por qué huiste?», le pregunta la psicóloga Mandy Nichols (Lauren Weedman). Una pregunta que conecta directamente con el final de la primera temporada. A continuación, presenciamos 55 minutos de reflexiones, fantasías y pesadillas que alberga su mente. Nos adentramos en su mundo interior, en el que sus imaginaciones han consumido la realidad que siente como deprimente.
Jules habla de forma honesta sobre sus vivencias, cómo la obsesión que padece por ajustarse a un feminidad canónica la ha conducido a sentirse «un fraude» al haber vivido tras el anhelo del deseo masculino: «Creo que he definido toda mi feminidad alrededor de los hombres, cuando, en el fondo, ya no me interesan los tíos, así, como concepto». Observamos en primer plano como Jules experimenta una crisis de identidad profunda al darse cuenta de que ha escondido de sus miedos por demasiado tiempo.
Jules confiesa que, de algún modo, las relaciones virtuales son mejores que las que ha experimentado en persona. Por lo que, de alguna forma, hay incluso un cierto retrato de la Generación Z y como está encuentra en las redes sociales un refugio. Y es que eso ha hecho ‘Euphoria’ desde su primera temporada, exponer una juventud y sus características y problemáticas.
Pero sin lugar a dudas el conflicto más importante de Jules es su relación con Rue y como esta tiene rasgos similares con la que mantiene con su madre. Ambas son las personas que más la han amado y a las que ella ha amado, pero también ambas son drogodependientes. Al final del capítulo, al fin se produce el reencuentro entre Jules y Rue. Este es rápido, frío y doloroso.
Ambos episodios son un puente entre la primera y segunda temporada y, por tanto, tienen un mismo objetivo: adentrarnos en un viaje al interior de las protagonistas, de sus fantasías y pesadillas, pero presentan diferencias en su forma. Mientras en la primera parte tiene más peso el discurso, ya que su reflexión es sumamente poderosa y tan solo son necesarios: una mesa de un bar y su conversación.
Por otro lado, la segunda parte se muestra más en sintonía con la puesta en escena del resto de la serie, haciendo uso de escenarios pesadillescos y momentos musicales. Además predomina en ellos el uso de planos medios y primeros planos que nos introducen aún más en la psicología de los personajes, sumando también un grado más de intimismo.
Cada parte responde al estado en el que se encuentra su protagonista: Rue está estancada y es incapaz de avanzar, mientras Jules se encuentra desbordada por su imaginación y fantasías. De esta forma, responden, respectivamente, a la personalidad y momento vital de cada una.
De este episodio se extraen dos ideas fundamentales que serán los pilares centrales de la tan esperada segunda temporada. En primer lugar, la recuperación de Rue, si esta será capaz de hacer frente a su adicción. Y en segundo lugar, cómo evolucionará su relación, si el perdón sincero de Jules calará en el corazón de Rue o por lo contrario seguirán distanciadas.
Estudiante de Lengua y Literatura españolas en la Universidad de las Islas Baleares (UIB). Apasionada por la poesía, con un fuerte interés por las mujeres creadoras y las obras renovadoras.