Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver «Little Witch Academia» (Netflix, 2017)

En 2013 el ilustrador y guionista Yō Yoshinari estrenaba el cortometraje Little Witch Academia. Pronto, el éxito de este proyecto de tan solo 26 minutos de duración le proporcionó a su creador las herramientas necesarias para producir un largometraje a modo de OVA en 2015 (Little Witch Academia: The Enchanted Parade) y una colección de cómics manga. Entonces, bajo el sello del estudio de animación Trigger, este mismo año se estrenaría la serie que ampliaría el universo mágico de la Academia Luna Nova ideada por Yoshinari. Aquí os dejamos nuestras 5 razones para disfrutar de este más que entretenido anime:

1. La fiebre por el Postmodern Sacred. La premisa de la serie girará entorno a las peripecias de un grupo de jóvenes brujas novatas que emprenderán sus estudios mágicos en la prestigiosa escuela femenina Luna Nova. En un intento de occidentalizar el subgénero Magical Girl tan popular en el anime, durante los 26 episodios de entre 20-25 minutos repartidos entre las 2 temporadas de la serie, asistiremos a sus clases, a sus conflictos personales y, sobretodo, a los enormes líos que les meterá el desconocimiento de la magia. Una construcción de una mitología particular y un universo mágico completamente nuevo que emulará el concepto de Harry Potter, pero que conseguirá tener su propia identidad. En este sentido, la utilización entorno a la noción de magia y su significado tendrá en Little Witch Academia un planteamiento completametne diferente al de las novelas de J.K.Rowling y muy interesante en su propuesta. La serie cuestionará, por un lado, la importancia de la defensa de la «magia ancestral» en contraposición al uso de la «magia moderna» que tendrá su base en la ciencia y la tecnología; y, por otro lado, se centrará en la preservación de la magia y la posibilidad de una «normalización e integración de la brujería» dentro de la sociedad que se aproximará más a AHS Coven que a Harry Potter. Ambas lineas argumentales se expondrá durante la serie y formarán parte esencial del desarrollo de la misma.

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El subgénero Magical Girl es uno de los más populares y productivos del anime

2. El viaje de la (anti)heroína. La protagonista que nos transladará al mundo de Luna Nova será Atsuko «Akko» Kagari una chica sin poderes mágicos que fascinada por el ídolo de su infancia, la extraordinaria bruja Shiny Chariot, decidirá seguir sus pasos y aprender el oficio de la brujería. Ni que decir que Akko será el prototípo de heroína femenina japonesa como lo serían otras Magical Girls precedentes como Bunny Tsukino o Sakura Kinomoto: torpe, descarada, gritona y malhumorada, pero con un sentido de la justicia y de la responsabilidad muy fuerte. Teniendo Akko una pésima prediposición para atraer el poder mágico, ella será la elegida para devolver el vigor al mundo de la magia y volver a unificarla frente a una sociedad que cree que se está quedando obsoleta. Una historia que hablará de la superación frente a la adversidad, la búsqueda de la identidad, el poder de la amistad y la creencia en uno mismo.

3. Los personajes secundarios. Sin embargo, aunque Akko será la que lleve gran parte del peso dramático, la acompañarán un séquito de personajes que desprenderán su carisma individual, incluso despertando más simpatía que la propia protagonista. Por un lado, encontraremos a las amigas inseparables de Akko y que completarán el trío de «bichos raros» de la escuela: Lotte Jansson, ratón de biblioteca y pepito grillo de Akko; y Sucy Manbaravan, obsesionada con las pócimas venenosas y perfecto comic relief de la serie. Por otro lado, siendo la antítesis perfecta de Akko y uno de los personajes más interesantes (a mi parecer), tendremos a Diana Cavendish una joven bruja prodigio perteneciente a la aristocracia británica que será la alumna predilecta de Luna Nova. A ella se le añadirá el grupo formado por la rebelde y temeraria Amanda O’Neill, la seria y rígida Constanze y la comilona y risueña Jasminka. Además de contar con las docentes de la institución entre las que destacarán la profesora Ursula Callistis, quién tendrá un misterioso pasado; y Croix Meridies, una nueva profesora obsesionada con la tecnomagia. Curiosamente, todos los personajes procederán de partes  distintas del mundo y se utilizarán los clichés culturales de cada nacionalidad para configurar su caracter y la manera en la que éstas emplean la magia. Así, Sucy provendrá de Filipinas y se especializará en magia ritual y extraída de la naturaleza; Amanda será el espíritu libre norteamericano que tendrá un control extraordinario de la magia más física; o Diana, la elitista burguesa británica que dominará todo tipo de hechizos.

Diana Cavendish será el contrapunto perfecto para Akko
Diana Cavendish será el contrapunto perfecto para Akko

4. El tono paródico. Además del claro carácter épico de la aventura mágica que indunda la trama principal, la serie demuestra unas ocurrencias cómicas realmente extrañas para lo que nos tiene acostrumbrados los animes nipones. En un intento de occidentalizar el tipo de humor que se utilizará, Little Witch Academia estará repleta de referencias y citaciones más o menos explícitas a la cultura popular norteamericana y europea, sobretodo la audiovisual. Así, además del más que obvio símil con la saga Harry Potter y a la descarada parodia de Crepúsculo en el episodio Night Fall (1×04), también nos encontramos que las dos amigas de Diana se llamarán Hannah y Barbara como referencia al estudio de animación creado por Tex Avery, Hanna-Barbera; la bizarra caricatura de Cenicienta (1×10); la transformación de Akko en un Angry Bird durante su espectáculo de metamorfosis (1×13); la coletilla extraída de la introducción de Las Supernenas, «azúcar, especias y muchas cosas bonitas», cuando Akko elabora una poción (1×05); alguna que otra pelea mágica imitando el estilo de Utena (2×04); el homenaje de la bola rodante de Indiana Jones en la intrusión de Akko en el Abismo de la Luna Azul (1×11); además de las alusiones constantes a otros universos mágicos como El Mago de Oz, Sabrina: The Teenage Witch o Embrujada, entre muchos más. Un evidente tono paródico realizado de manera completamente consciente y nada sutil que será un auténtico deleite para el espectador occidental.

Imagen del episodio más surrealista y divertido de la serie: Sucy Durmiente (1x08)
Imagen del episodio más surrealista y divertido de la serie: Sucy Durmiente (1×08)

5. La recuperación del género vía streaming. Finalmente, en la actualidad es muy poco frecuente encontrarse con la emisión de series de animación japonesas en canales de televisión nacionales. Una práctica muchísimo más habitual hace una década atrás donde los espectadores podían disfrutar de este tipo de productos en canales púbicos como La 2 (Slayers y Digimon se emitián aquí) o TV3 – este último con su propio espacio dedicado exclusivamente a ellas (3xl para un público infantil y K3 para un público adulto) – o de ámbito privado como Jetix (Medabots, Supercerdita, Hamtaro, One Piece) o Cartoon Network (Shaman King, Shin Chan, Detective Conan). Desde entonces las producciones anime se han limitado a un consumo exclusivo mediante la comercialización de DVDs como si de una práctica minoritaria y (casi) elitista se tratase. En este sentido, la plataforma de Netflix se ha convertido en un magnífico portal para poder disfrutar de la reposición de una gran cantidad de los animes clásicos (como Kenshin, Attack on Titan, Cowboy Bebop, Trigun o Pokémon) y para descubrir un nuevo catálogo de producciones comprendidas entre 2014 y 2017 bajo el sello particular de la cadena streaming que no se harían visibles de otra manera. A Little Witch Academia se le suman The Seven Deadly Sins, No Game No Life, Glitter Force, Tokyo Ghoul, Kuromukuro, Noragami, Your Lie in April, Assassination Classroom o Desaparecido por nombrar las más populares.

 

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