Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Brothers: a Tale of Two Sons», una fábula épica y sensorial

En nuestro post de hoy seguiremos el concepto que Juanra Molina planteó en su anterior artículo sobre uno de los indie games de la temporada, Inside, y la reflexión del mismo como forma de arte. Pues bien, si Inside es, como bien comenta Molina, un perfecto ejemplo de que los videojuegos están peleando por convertirse en el octavo arte – cosa que, para muchos, ya lo es aunque sea de manera figurada -, éste no es el único que demuestra una calidad artística sobresaliente. Muchos son los juegos modestos que, aunque parecen jugar (en un principio) fuera de las grandes ligas alejados de las compañías más reconocidas y consagradas dentro de la industria, éstos terminan por conquistar a la amplia mayoría de gamers y ententidos en la materia debido a una originalidad y una belleza estética que no se encuentra en los juegos enfocados al consumo de las masas. Dentro de este contexto se enmarca el videojuego que vamos a tratar: Brothers: a Tale of Two Sons.

Desarrollado en 2013 por la compañía afincada en Estocolmo, Starbreeze Studios, y distribuida por 505 Games, Brothers: a Tale of Two Sons es la historia de un viaje. Un viaje de dos hermanos, Naiee (el pequeño) y Naia (el mayor), que se verán obligados a cruzar los fantásticos y peligrosos parajes de su particular mundo hasta la cima de una montaña en la búsqueda de un elixir mágico que cure a su padre gravemente enfermo. Partiendo de una fórmula y estructura narrativa claramente inspirada en los cuentos de hadas y con reminiscencias a los patrones de las leyendas, el juego podría describirse a grandes rasgos como un videojuego de plataformas clásico en la que la resolución de puzzles y mecanismos es esencial para avanzar en la aventura, una de las premisas conceptuales predominates dentro de la industria.

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En Brothers nos moveremos por tierras fantásticas

Sin embargo, Brothers planteará una propuesta de jugabilidad fresca y sorprendente que brindará al juego de una originalidad única: se manejarán a ambos personajes al mismo tiempo en una especie de «cooperatividad con uno mismo» proponiendo un ejercicio de psicomotricidad interesante para el jugador. Con unos simples comandos y acciones, la parte derecha del mando controlará al hermano pequeño, mientras que la parte izquierda controlará al mayor. Dentro de la propia jugabilidad, se tendrán que combinar las habilidades de los dos hermanos para completar los puzzles. La complemetariedad de ambos personajes nos solo abarcará a nivel estratégico en donde cada uno demostrará destrezas únicas – donde, por ejemplo, el mayor será más fuerte y el pequeño más ágil – sino a nivel narrativo. Mientras el joven tendrá un carácter noble y responsable, aunque nervioso e impaciente; el chiquillo poseeará un temperamento pícaro y calmado. Personalidades antagónicas – y, hay que admitir que maniqueas, pero igual de afectivas – que constituirán uno de los ejes principales de la trama y ayudarán a empatizar con ellos a un nivel más personal.

A pesar de los aspectos negativos criticados como la «escasa» dificultad de los puzzles, la linealidad del juego y, sobretodo, la cortísima duración del mismo – entre 3-4 horas en total – todas las carencias que puedan llegar a encontrarse se suplen por la increíble conexión con los personajes y la bellísima historia que narra. Al igual que pasará en otro juego similar, Journey, lo importante será el viaje en sí. Un viaje conjunto en el que la llamada a la aventura, el amor fraternal y el cómo lidiar con la muerte serán las temáticas centrales de una trama que irá transfromándose en una historia más oscura y madura a medida que trascurra la aventura.

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Brothers cuenta con un componente onírico muy importante

Todos los elementos del juego pretenden apelar a los sentimientos del jugado en todos los apartados. Por un lado, a nivel narrativo seguiremos la evolución personal y fraternal de los protagonistas; mientras que, a nivel de jugabilidad, no solo el poder jugar con ambos hermanos a la vez ayuda a crear una conexión emocional entre jugador/presonajes, sino que el juego alternará acciones opcionales adyacentes a la campaña principal – normalmente, auxiliando a aldeanos o criaturas por el camino – que complementarán el desarrollo de la personalidad de ambos hermanos y conseguir algún que otro trofeo. Entonces, podemos deducir que, a nivel estético, no será una excepción.

Con un estilo visual muy potente y melancólico, recorreremos un sin fin de localizaciones diferentes – como cualquier buena aventura épica que se precie. Desde el pueblo llano donde residen nuestro protagonistas; pasando por cavernas mecanizadas, castillos en ruinas, bosques infestados de lobos, campos de batalla, templos de cultos místicos, montañas nevadas, cuevas oscuras; hasta llegar al brillante árbol sanador. Además de toparnos con una enorme colección de criaturas fantásticas que formarán parte en nuestro periplo: ogros, hipogrifos, gigantes, animales con dimensiones desproporcionada, mujeres con forma de araña, yetis invisibles y varios habitantes del universo del juego a los que nos tendremos que enfrentar o que precisarán de nuestra ayuda. Los escenarios del juego respiran una atmósfera con un componente onírico muy importante, así como de un ambiente muy sensorial apoyado en el uso de una cámara panorámica en la que se aprecia la significación del entorno dentro del juego. La más que bella y espectacular banda sonora compuesta por Gustaf Grefberg con aires celtas y nórdicos acabará por completar este fascinante peregrinaje.

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En el juego se explorarán una gran variedad de escenarios

Brothers: a Tale of Two Sons se mueve entre la aventura y la contemplación en una propuesta narrativa y estética parecida a juegos de estudios indies como el ya mencionado Journey, Limbo, Inside, Never Alone, Ori and The Blind Forest o los trabajos de Team ICO (ICO, Shadow of the Colossus y The Last Guardian) en donde las palabras sobran y la expresividad emocional y visual es lo más valioso  Un juego alejado de trepidantes persecusiones, disparos por doquier, batallas espectaculares y extensas cinemáticas. Una dramática odisea sosegada y traquila, pero no por ello carente de emoción. Una fábula fraternal que apuesta por la integración directa del jugador dentro de la historia, por un viaje del/los héroe(s) con un componente emocional muy fuerte y con una belleza sensorial muy refinada. Un juego indispensable.

 

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