Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Defending Jacob» (Apple TV+, 2020): el rumor, la duda y la verdad

La cantidad de compañías que producen ficciones televisivas se ha expandido de forma considerable los últimos años. Una de estas grandes empresas es Apple TV+ que se ha sumado a Netflix, Amazon o Movistar en la producción de sus propias ficciones como parte de su oferta exclusiva. Así, el 24 de abril se estrenaría Defending Jacob, miniserie de 8 episodios como su apuesta más ambiciosa de la primera temporada de la parrilla televisiva cuyo reparto ya indicaba la intención de conseguir el interés del público: el popular “Capitán América” Chris Evans, Michelle Dockery como una de las actrices más versátiles de la televisión actual y Jaeden Martell, uno de los jóvenes talentos de Hollywood. Además de contar con secundarios de lujo como Cherry Jones, Pablo Schreiber y JK Simmons.

Siendo una adaptación del bestseller homónimo de William Landay de 2012, la miniserie se centra en los Barber, una familia modélica y adinerada de Newton (Boston) con estrechos lazos con la comunidad. Mientras Andrew (Chris Evans) es el exitoso ayudante de la fiscalía del condado, Laurie (Michelle Dockery) trabaja en una prestigiosa institución que ayuda a jóvenes con problemas de integración social. Sin embargo, cuando aparece el cadáver de un chico en el barrio, el primer sospechoso resulta ser Jacob (Jaeden Martell), el hijo adolescente de los Barber. A partir de aquí, la familia tendrá que encarar la investigación policial, mientras lidiará con las consecuencias emocionales que afectarán a la relación entre ellos.

La familia Barber también se enfrentará a un juicio mediático

Así, la serie se estructura en dos líneas temporales. Por un lado, el presente nos sitúa en la reconstrucción de los hechos que se irán sucediendo por parte del testimonio de Andrew frente a una comisión de investigación; y, por otro lado, el pasado nos ubica en el transcurso de las indagaciones policiales y jurídicas del caso de Jacob. Una narración inteligente que, a pesar de seguir las pautas del género del thriller canónico, implementa las expectativas del espectador y engancha con su propuesta. En este sentido, la serie maneja sus cartas hábilmente para crear incertidumbre frente a las contradicciones y ambigüedades entre pasado/presente donde la acción judicial y policial es sustituida por el viaje de Andrew y, en especial, de Laurie sobre las dudas acerca de la inocencia de su hijo.

Esto se traduce en un ritmo a cuenta gotas donde la “no-acción” – como una de los elementos prototípicos de un thriller de estas características – está al servicio de su tesis y de la evolución de los personajes. Entonces, la cierta monotonía, reiteración y sensación de estancamiento de sus episodios centrales – así como la aceleración de su epílogo – alberga un propósito centrado en las perspectivas de Andrew y Laurie y sus conflictos internos. Una gran cualidad que hay que reconocerle a su creador y guionista, Mark Bomback, quien realiza una esquema de puzzle integrando los puntos de vista de manera formidable.

Andrew y Jacob comparten un momento padre-hijo antes del juicio

Precisamente, la alternancia de los puntos de vista mientras se suceden los giros dramáticos que hacen avanzar la investigación es el elemento principal que plantea la serie a través de las diferentes representaciones de las dinámicas paterno/materno filiales. Asimismo, la mirada externa del entorno social de los Barber actúa como condicionante prejuicioso donde la rumorología y la opinión pública ejerce un juicio mediático salvaje y alienante para la familia. La confrontación acerca de cómo enfrentarse y asumir la posible culpabilidad de Jacob tambalea el matrimonio Barber quienes se ven en una encrucijada personal muy potente. Por un lado, el pragmatismo y frialdad de Andrew como conocedor del proceso judicial choca con su responsabilidad y moralidad como padre. Mientras que, por su parte, Laurie pone en duda su relación con su propio hijo y su amor incondicional como madre. En este sentido, el personaje de Laurie resulta ser el más interesante y complejo de la serie cuyo viaje emocional demuestra una enorme empatía; en contraposición al carácter más “cerebral” de Andrew. Bajo este último apunte también cabe subrayar que gran parte de la responsabilidad de la simpatía hacia el personaje de Laurie la tenga Michelle Dockery quien realiza una interpretación sutil y extraordinaria llena de matices; en contraste con Chris Evans quien se defiende frente a una portentosa actriz con quien comparte el mayor tiempo en pantalla.

Así, Defending Jacob subvierte la concepción de la paternidad y de la maternidad donde la comprensión e imparcialidad congénitas frente a Jacob comienzan a desvanecerse ¿Y si mi hijo resulta ser un psicópata? Así, la ambigüedad que muestra la narración de la serie constituye su eje vertebral donde la línea entre el rumor, la duda y la verdad es muy fina.

Michelle Dockery realiza otra de sus brillantes interpretaciones como Laurie Barber

Asimismo, uno de los valores destacables de Defending Jacob es la sutil utilización de la puesta en escena del director Morten Tyldum para mostrar los diferentes puntos de vista y para enfatizar los giros dramáticos. En especial el uso del montaje que, de forma muy ingeniosa, se focaliza en poner en evidencia la incomunicación familiar y los cambios internos del arco de los personajes. Igualmente, la estética de colores fríos y el uso recurrente de la iconografía de ventanas como símbolo de secretismo/falta de libertad crea un universo más personal y atmosférico que lo aleja de los thriller más convencionales. Todos ellos elementos que incitan a volver a ver la serie para apreciar sus pequeños detalles.

En definitiva, Defending Jacob es un notable thriller mezclado con un drama familiar sin estridencias melodramáticas que, a pesar de no reinventar nada, cuenta con unos personajes interesantes y una narrativa que juega con la ambigüedad de los acontecimientos, a la vez que explora diferentes formas de contemplar la moralidad, las psicopatías y las relaciones paterno y materno filiales.

 

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