El joven Sheldon: recreando los orígenes de este genio peculiar
Si ya en entradas anteriores nos hemos interesado por Sheldon Cooper, este original e ingenioso (en un amplio sentido) personaje, deteniéndonos en su «clasificación», e incluso en el actor que lo encarna, ahora nos fijamos en su origen. Esto es posible gracias a la reciente creación de El joven Sheldon, la precuela de The Big Bang Theory, centrada, como podéis deducir de lo anterior y del propio título de la entrada, en los primeros años de Sheldon Cooper. Creo que no sólo yo, sino todo aquél que admire al personaje de Sheldon, sentirá curiosidad por saber cómo se ha ido forjando la personalidad tan peculiar de este personaje. Si este es vuestro caso, esta es vuestra serie. Situada en 1989 (con detalles muy cuidados relativos al vestuario, decorado, e incluso con guiños musicales ochenteros), El joven Sheldon muestra a éste en su tierna (si alguna vez lo fue) infancia, con tan solo nueve años.
Parece ser que la idea de llevar a cabo esta iniciativa, se le ocurrió al propio Jim Parsons (que, además de productor ejecutivo, pone voz al narrador, al más puro estilo de Aquéllos maravillosos años), que contó desde el principio con el apoyo y la colaboración de Chuck Lorre (co-creador de The Big Bang Theory) y Steven Molaro (su showrunner). De todo lo expuesto podemos deducir la estrecha relación entre las dos series. De hecho, una de las mayores dificultades a las que reconocen enfrentarse sus creadores es la de ser fieles a los datos sobre la infancia de Sheldon que se han ido revelando en The Big Bang Theory durante su más de una década de emisión, sin dejar por ello de resultar una producción interesante por sí misma. A ello se suma la evidente tentación de comparar las dos series, poniéndolo así difícil a la nueva, ya que la «veterana» constituye una de las más premiadas y con más telespectadores que existen.
No obstante, la precuela tiene más que agradecer que que reprochar a The Big Bang Theory, ya que es fácil intuir que se encuentra detrás del gran éxito de su pre-estreno (el pasado 25 de septiembre), que consiguió 17 millones de espectadores y unos demográficos de 3.8 puntos, lo que ha llevado a la decisión inmediata de encargar a sus responsables 22 episodios de una temporada completa. Sin embargo, quizá para crear ciertas distancias, se ha optado por dotarla de ciertos rasgos distintivos. Por ejemplo, El joven Sheldon se ha rodado con un formato distinto a The Big Bang Theory: en el primer caso, a diferencia de en el segundo, se usa una única cámara, que facilita el rodar en espacios naturales y sin risas enlatadas ni decorados de cartón, dotándola de mayor seriedad también, y dejando a elección de los televidentes cuándo quieren reírse o no. Por otra parte, mientras que The Big Bang Theory era una comedia de amigos (de hecho, como ya hemos señalado en anteriores entradas, recuerda en bastantes aspectos a Friends), El joven Sheldon puede clasificarse como una comedia familiar, que podría evocar también a la antes aludida Aquellos maravillosos años e incluso a The Middle, salvando las distancias.
En cuanto al elenco de personajes, hay que empezar destacando el trabajo del protagonista, Iain Armitage, que no parece estar actuando, sino que da la impresión de ser él mismo (quizá me ha influido el hecho de que a sus nueve años de edad se considere crítico teatral -¡desde los seis!-, y ver sus videos actuando como tal ). Su éxito no sorprende, de todas formas, pues ya disfrutó de él en la miniserie Big Little Lies, con actrices de la talla de Nicole Kidman y Reese Witherspoon. También subrayo la presencia de Zoe Perry representando a Mary Cooper, la madre del joven Sheldon, que encaja a la perfección, teniendo en cuenta que, no sólo lo hace muy bien, sino que su conexión con la madre del Sheldon ya adulto es excelente, ya que la actriz que le da vida no es otra que Laurie Metcalf, madre de Zoe Perry en la vida real.
Lance Barber es quien encarna al padre del joven Sheldon, George Cooper Sr., entrenador de un equipo de fútbol americano; Montana Jordan es el hermano mayor, George Jr. (que se avergüenza de tener que compartir clase instituto en Galveston, Texas, con su hermano de nueve años); Raegan Revord es Missy Cooper, la hermana melliza de Sheldon; y, por fin, veremos la cara a la querida abuela de este original personaje, Meemaw, interpretada por Annie Potts.
Bajo mi punto de vista, el reto mayor de esta precuela está en cómo hacer que no suframos los espectadores sensibles viendo la inadaptación social de un niño superdotado pero con verdaderos problemas de socialización. En el caso del Sheldon adulto, está más claro el corte cómico de la serie, y el protagonista, no solo aparece ya mayor y se encuentra rodeado de amigos que, aunque no en tal alto grado, comparten muchos de sus rasgos y quieren seguir estando a su lado a pesar de sus peculiaridades. Pero creo que va a ser difícil mantener el equilibrio entre lo cómico y lo dramático en el caso de El joven Sheldon. Veamos qué pasa… Por lo pronto, os adelanto que en episodio número 1 (estrenado el 2 de noviembre), titulado «Cohetes, comunistas y bibliotecas», el joven Sheldon decide recurrir a un libro de autoayuda para intentar hacer amigos (el bestseller How to Make Friends and Influence People, de Dale Carniege). Resulta enternecedor ver cómo lo hace no porque vea la necesidad de ello él mismo, sino para complacer a su madre, al enterarse por su hermana de que está preocupada por él. El recurso a la paradoja en la comedia se hace evidente cuando vemos el poco resultado que ha dado el libro en quienes lo han leído (todos «emotionally trouble adults» en palabras literales del joven Sheldon, que considera incluso que les iría bien tomar Prozac), y cómo el único amigo que encuentra aparece precisamente cuando deja de usar los consejos del citado libro, que no provocan sino situaciones engorrosas y que en nada propician su socialización. Para no aportar spoilers, tan solo decir que el final del episodio está a la altura del nivel cómico que requiere la serie para ser considerada una comedia. No os lo perdáis.
