Irene Larra y Lola Mendieta: toda redención es posible
A estas alturas, no conocer El Ministerio del Tiempo en territorio nacional es, prácticamente, impensable. La serie creada por Pablo y Javier Olivares y estrenada a principios de 2015 en RTVE ha conseguido recolectar la mayor comunidad de fans de nuestro país – los ministéricos – y convertirse, no se si en la mejor ficción española en circulación, pero sí en una de las más interesantes e innovadoras de los últimos años en cuanto a contenido narrativo y forma. Concluyendo la segunda temporada por todo lo alto con el espléndido – y mejor episodio de la serie, a mi parecer – epílogo Cambio de Tiempo (2×13); su tercera entrega tardaría en volver a nuestras televisiones y lo haría con mayor expectación que nunca. Para empezar, la propuesta de realizar una aproximación estilística más cinematográfica que las anteriores entregas, y para continuar, con la ya prevista baja de Julián Martínez. Supliendo al personaje de Rodolfo Sancho con el recién incorporado Hugo Silva (alias Jesús Mendez «Pacino»), Aura Garrido nos sorprendería a todos con el anuncio de la salida momentánea de su personaje, Amelia Folch, debido a unos compromisos personales previos. Una despedida que se cumplió a lo grande en el episodio Tiempo de Esclavos (3×06), dejando a la serie sin el personaje más idolatrado por el público. Sin embargo, a pesar de que el vacio que dejó Amelia (y Aura) fue contundente, la habilidad de los guionistas de ubicar unos «relevos» para encontrar unas voces femeninas que mantuvieran el peso del relato fue formidable. Porque, si en algo destaca El Ministerio del Tiempo es por poner en primera línea a sus personajes femeninos. Y sí, me refiero a Irene Larra y Lola Mendieta.
La primera de ellas más acostumbrada a circular por los pasillos del ministerio, Irene Larra – intepretada por Cayetana Guillén Cuervo – tendrá una evolución a cuenta gotas a medida que trancurran los episodios. Nacida en 1930 y obligada a casarse con un hombre al que no amaba, su reclutamiento en el Ministerio del Tiempo será un tanto inusual. Al verse anulada por su marido, Irene intentará quitarse la vida saltando de una azotea cuando el agente Armando Leiva la sorprenderá en el acto. Así, la nueva agente Larra comenzará a formar parte del equipo indispensable para el ministerio en 1960 como jefa de logística, así como a participar en alguna que otra misión. Siendo al responsable del reclutamiento de Amelia Folch y Julián Martínez, Irena Larra será un personaje con un conflicto interno que se debatirá sobre la legitimidad de ciertas acciones cometidas en contra del ministerio. Por un lado, la supuesta alianza formada con Leiva para realizar una rebelión en la T1 y la «coalición» con Susana Torres (Mar Saura) y la corporación Darrow en la T2. Unas acciones que la tacharán de traidora frente a la patrulla protagonista y que le llevarán a recuperar su confianza. Una confianza que será completamente restaurada en esta tercera entrega y que mostrará la determinación y la pasión del personaje por hacer lo correcto, aunque sus decisiones tengan unas consecuencias terribles para ella.
A pesar de ser un personaje secundario con un rol más o menos funcional en cuanto a la acción se refiere, su implicación en las misiones cada vez será más mayor, y sobretodo en esta tercera temporada en la que ha relevado a Amelia Folch como soporte femenino de la patrulla. Una especial mención recibirá el episodio Tiempo de Censura (3×07) en el que Irene tendrá que viajar a la época que abandonó (1961) para, además de conseguir que Viridiana pasara la censura, revivir los fantasmas de su pasado para enfrentarse a su marido, a su familia y, en consecuencia, a una sociedad patriarcal que no le permite expresar libremente su identidad sexual, cosa que sí hará (con mucha frecuencia y fogosidad) en el presente. Un perfecto regreso tras la marcha de Aura Garrido que supuso un punto de inflexión en el desarrollo del personaje y que, desgraciadamente, tuvimos que esperar 28 episodios para que nos enseñaran el infierno personal de Irene.
Por su parte, Lola Mendieta va a tener un desarrollo completamente diferente al que se esbozó en las T1 y T2. Intepretada por la siempre fantástica Natalia Millán, desde sus inicios será un personaje configurado para convertirse en la archienemiga por excelencia de la serie. Reclutada por Salvador Martí (Jaime Blanch), esta espía durante la Segunda Guerra Mundial, será planteada como una femme fatale contemporánea en la que su traición al ministerio le hizo convertirse en una fugitiva ante la ley. Una traición que tendrá que ver con su implicación en la entrega del libro de las puertas del tiempo a la corporación Darrow, así como en sus trapicheos intertemporales. Precisamente, será Irene Larra quien la dejará en libertad poco después de su detención por parte del ministerio.
Así, en la tercera temporada las tornas darían un giro de 360º para Lola Mendieta. El misterioso fichaje de Macarena García para dar vida a una nueva agente del ministerio supuso la vuelta del personaje de una manera fresca y original. En Tiempo de Espías (3×02) se revelaría que la actriz encarnaría a una joven Lola Mendieta reclutada años antes (1943) y cuya historia con el ministerio aún no estaría escrita. Así, tras la muerte de la Lola de Natalia Millán, la Lola de Macarena García sería un personaje en pleno desarrollo y que no se permitirá cometer los mismo errores de su «pasado». Entonces, este nuevo viaje que Lola emprenderá frente a la negativa del resto de la patrulla – salvo el personaje de Ernesto Jiménez (Juan Gea) – que le permitirá redimirse, re-escribir su propia historia y (re)construir su propia identidad. Por supuesto, dentro de su desarrollo y sus conflictos internos jugarán un gran papel las situaciones intertemporales que obligarán a la joven Lola a relacionarse con su «futuro» (su hija Lucía) y su «pasado» (el reencuentro con la Lola de Natalia Millán). Un progreso que ocupará la mayor parte de la trama de la T3 y que culminará con su conversión en el nuevo cerebro de la patrulla como reemplazo oficial de Amelia.
Realmente es una lástima que, según muestran todos los indicios no-oficiales, parece que El Ministerio del Tiempo no vaya a continuar con una cuarta temporada. Al menos, si se diera el caso, parece que no en RTVE que constantemente la ha menospreciado y maltratado con los cambios de horarios. Sin duda, al igual que muchas otras ficciones televisivas españolas, la serie nos ha dejado momentos memorables y, sobretodo, personajes femeninos inolvidables. A la especatular evolución que ya mostraba Amelia Folch en su segunda temporada, se le sumarán Irene Larra y Lola Mendieta en esta tercera entrega (y Angustias, que merecería un post aparte). La primera por dar visibilidad a la comunidad LGTBI hasta el punto de convertirse en un «icono lésbico» como la propia Cayetana Guillén Cuervo ha manifestado en diversas ocasiones y muy orgullosa de ello. Y la segunda por, no solo mostrarnos una Macarena García muy diferente y más madura de lo que nos tenía acostumbrados, sino por enseñarnos que toda redención es posible. Porque, no es que Irene y Lola hayan sustituido a Amelia; sino que la han complementado. Por todo ello, ¡larga vida a las mujeres de El Ministerio del Tiempo y a las actrices que les dan vida!
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.