Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Jim Hopper, el sheriff de Hawkins ha vuelto

Hemos de confesarlo: pocos son los posts que le hemos dedicado a Stranger Things, el éxito de Netflix del año pasado de la plataforma streaming y serie de culto para muchos entendidos. Así que, si hace unas semanas reivindicábamos el papel de Nancy Wheeler – y, en consecuencia, los personajes femeninos de la serie (que se merecerían un análisis aparte) – como uno de los personajes más interesantes de Stranger Things, hoy también hablaremos de uno de sus protagonistas que, a parte de la joven Wheeler, presenta uno de los mayores arcos evolutivos: Jim Hopper. Porque, seamos francos, “los adultos” de Stranger Things presentan un desarrollo mucho más complejo que sus compañeros más jóvenes (aunque, tal vez tengamos que esperar a la segunda temporada para ver ese crecimiento…) Pero, vayamos por partes. [¡ojo, contiene spoilers!]

Tras la magnífica introducción de la desaparición de Will Byers y de los sugerentes títulos de crédito acompañados de un turbio sintetizador, inmediatamente conoceremos a Jim Hopper (David Harbour): un hombre robusto, desaliñado y que no dudará en mezclar lo que parecen unas pastillas recetadas con un trago de cerveza a primera hora de la mañana. Pronto sabremos que ese hombre de aspecto descuidado y actitud parsimoniosa es el mayor responsable de la seguridad del pueblo, el sheriff del departamento de policía de Hawkins. Comenzando con una breve introducción de la apatía de los funcionarios de la comisaría y donde, tal y como dice el propio sheriff, «Mornings are for coffee and contemplation» («Las mañanas son para el café y la contemplación»), el desinterés y la reticencia que muestra Hopper cuando Joyce Byers le argumenta la desaparición de su hijo no es del todo sorprendente. Una reacción aparentemente “normal” para el jefe de la policía en un pequeño pueblo en donde todos se conocen y donde nunca pasa nada.

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Una de las frases más memorables de la serie

Así, como máxima autoridad de Hawkins y, en gran medida, debido a la relación de amistad que le une a Joyce siendo antiguos compañeros de instituto, Hopper comienza la búsqueda del joven Will Byers aún pensando que se trata de un simple acto de fuga del hogar. Las extrañas circunstancias de la “supuesta desaparición” del pequeño de los Byers y los sucesos paranormales que Joyce insiste en experimentar – que la harán pasar por loca ante los ojos del resto de los habitantes de Hawkins – harán que Hopper se replantee el caso e inicie una investigación individual. Sus métodos de trabajo intuitivas, poco ortodoxas y violentas le ayudarán a hacerse paso durante su búsqueda en la que, de manera (casi) fortuita, el sheriff se encontrará envuelto en una conspiración gubernamental y con el descubrimiento de un proyecto secreto de los servicios de inteligencia por el control armamentístico contra la Unión Soviética al final de la Guerra Fría, llamado el «Proyecto MKUltra»; y donde Eleven será el eje central de las experimentaciones.

Por supuesto, la evolución del personaje se irá desarrollando en cuanta gotas a medida que su investigación particular comience a destapar la verdad acerca de los experimentos secretos de la CIA con la pequeña Eleven y la existencia de un portal a otra dimensión y de la liberación de una criatura monstruosa (el Demogorgon), que será la clave para llegar hasta Will. Un arco de personaje orgánico que cobrará sentido en el último episodio de la temporada «The Upside Down» (1×08) en donde aparecerán a modo de flashback – y de manera narrativamente espectacular, dicho sea de paso – el turbulento pasado de Hopper.

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El sheriff se infiltra en las instalaciones secretas del gobierno

La muerte de su hija Sarah debido a un cáncer años atrás produjeron una profunda tristeza en Hopper que, no solo perjudicó su matrimonio, sino sobretodo a su estado personal. Abatido y resignado, volvería a Hawkins para convertirse en el sheriff del pueblo en donde comenzaría su proceso de divorcio y tomaría el hábito de intoxicarse frecuentemente con la mezcla de alcohol y antidepresivos. Así, Jim Hopper se convertiría en un hombre solitario, reservado y que se asentaría en la monótona vida de un departamento de policía de provincia en donde nunca pasa nada. Por lo tanto, en donde antes nos encontrábamos con un personaje con un desarrollo prototípico; ahora nos topamos con un personaje que lucha con sus demonios internos y que intentará redimirse a sí mismo en otro intento de los hermanos Duffer en dar una vuelta de tuerca a los estereotipos. La fuerte conexión que mantendrá con Joyce, una madre desesperada por la pérdida de su hijo, será el detonante para el cambio evolutivo de Hopper, quien verá una oportunidad para sanar sus propias heridas y proteger a Will – y en extensión, al pueblo entero – de la manera que no pudo hacer con su pequeña Sarah. Así pues, tampoco es de extrañar el fuerte vínculo emocional que se crea entre él y Eleven – y de manera indirecta entre Joyce/Eleven – en una exploración de las relaciones paterno/materno-filiales. Y que, según se puede llegar a intuir en las últimas escenas de la temporada, puede ser un hilo argumental interesante para la próxima entrega de la serie.

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Hopper con su hija Sarah

A diferencia de la gran mayoría de actores de Stranger Things, el intérprete que da vida al sheriff Hopper es una de las caras conocidas de la serie – solamente superado por Winona Ryder. Actor secundario por excelencia, a David Harbour lo hemos podido ver como agente de la CIA junto al James Bond de Daniel Craig en Quantum of Solace (2008), como informante de Russell Crowe en State of Play (2007), como secuestrador profesional buscado por Liam Neeson en A Walk Among the Tombstones (2014), como policía corrupto en la misma comisaria que Jake Gyllenhaal en End of Watch (2012) y, el papel más relevante de su carrera cinematográfica, como vecino e íntimo amigo de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio en Revolutionary Road (2007); además de aparecer en numerosas representaciones en Broadway entre las que destacan The Merchant of Venice junto a Al Pacino y Lily Rabe (2010) y el revival de 2005 de Who’s Afraid of Virgina Woolf? con Kathleen Turner y Mireille Enos que le valió una nominación a los Tonys. Gracias al rol de Jim Hopper, Harbour a conseguido pasar de “secundario-casi-anónimo” a uno de los protagonistas absolutos de Stranger Things y obteniendo el reconocimiento que se merece.

 

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