RIRCA recomienda: lo mejor del 2023 (II)
En esta segunda parte, seguimos con el repaso de lo que nos deparó el 2023 en la industria de la televisión y los videojuegos. Por supuesto, el gran acontecimiento que nos dejó el año pasado dentro de la industria fue la huelga de guionistas a la que se unió, por primera vez en su historia, el sindicato de actores. Si bien la huelga afectó a todo el tejido industrial asociado a los respectivo sindicatos – cinematográfico también, por supuesto – en el sector televisivo fue el foco de la disputa donde el ínfimo beneficio de las regalías por visualizaciones de las series y el uso indiscriminado de inteligencias artificiales – como se ve en los títulos de crédito de Secret Invasion de Marvel Studios – fueron los puntos centrales para realizar sus reivindicaciones. La negativa de los empresarios por aceptar las condiciones dignas de sus trabajadores puso de manifiesto la falta de escrúpulos de las compañías y productores, así como el pisoteo de derechos del sector audiovisual. Después de meses de retraso de estrenos y rodajes, de la nula promoción y de pérdidas millonarias, se terminó la huelga con un acuerdo digno para los trabajadores. Sin embargo, aún sigue pendiente el contrato de los actores de doblaje y voice actors en el sector de los videojuegos que se ven amenazados por las AIs y por explotación de horas. Una huelga que puede ser inminente y que también pondría en apuros a una de las industrias más poderosas del mundo.
También, en 2023 se han despedido ficciones importantes como The Marvelous Mrs. Maisel, Ted Lasso, Happy Valley, Barry, Sex Education y el anime Attack on Titan. Sin embargo, HBO se convirtió en el absoluto vencedor de la televisión de calidad del 2023. The Last of Us, The White Lotus, House of the Dragon y el final de Succession coronaron al canal como uno de los más vistos y cuyas series fueron comentadas en redes. Pero, el año pasado también nos deja series interesantes como las miniseries Beef, The Fall of the House of Usher y Swarm; la ciencia-ficción de Silo, Monarch: Legacy of Monsters y Ahsoka; y también los fenómenos virales de Cunk on Earth y la segunda temporada de The Bear.
Como ya hemos dicho, el sector de los videojuegos no es ajeno a los conflictos industriales. Más allá de la más que probable huelga de actores, el despido masivo de plantillas en las empresas grandes también ha sido un tema de debate dentro del sector donde el uso de AIs hace peligrar puestos de trabajo y la calidad de los proyectos. Igualmente, el 2023 ha vuelto a ser un año de lanzamientos significativos con el fenómeno de Baldur’s Gate III al frente que ha conseguido cifras millonarias de jugadores conectados al día. Grandes estrenos muy esperados han visto la luz como Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, la secuela de Alan Wake y Hogwarts Legacy. Aunque dos de los juegos más populares y más laureadas han sido dos secuelas: Spider-man 2 y el remake Resident Evil 4. En definitiva, otro año importante para el videojuego AAA.
Aitor Fernández de Marticorena Gallego: Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem (Jeff Rowe)
La industria de la animación está cambiando. Antes de 2018, la experimentación formal en el medio animado estaba de capa caída dentro de la industria hollywoodiense por múltiples factores, en especial la acomodación de la fórmula Disney/Pixar, replicada por estudios como Dreamworks o Sony Pictures Animation, y el estigma infantil de la animación, por el cual se condenaban en taquilla las desviaciones de la fórmula. Pero en 2018, la misma Sony Pictures Animation, de catálogo desigual, estrenó la película que cambiaría la industria: Spider-Man: Into the Spider-Verse (Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman). Desde entonces, su fusión de estilos y renderizado 2D-3D con 12 fotogramas por segundo ha marcado una hoja de ruta para otros estudios. En Pixar, Turning Red (Domee Shi, 2022) supuso un tímido acercamiento a la fórmula Spider-Verse. En Dreamworks, tuvimos en 2022 la notable Puss in Boots: The Last Wish (Joel Crawford). En la propia Sony, el motor ha dado lugar a una secuela de Into the Spider-Verse y la estupenda The Mitchells vs. the Machines (Mike Rianda, 2021). Y ahora, en 2023, Nickelodeon se suma a la lista de seguidores de Miles Morales con Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem.
En taquilla, la nueva película de las Tortugas Ninja ha pasado sin pena ni gloria, tan solo habiendo recuperado la inversión con algunos beneficios. Por una parte, el estigma infantil de la animación sigue presente en esta era post Spider-Verse; por la otra, las Tortugas Ninja son vistas en la actualidad como remanentes de una época pasada. Después del nefasto reboot producido por Michael Bay, cuyas dos películas (una en 2014 y otra en 2016) cosecharon críticas negativas demoledoras, no parecía que las Tortugas Ninja fueran a recuperarse en la gran pantalla. Este es, sin duda, el motivo de la renovación completa de cara a TMNT: Mutant Mayhem. No encontramos en ella ni el CG de las cintas de la década de los 2010 ni el estilo noventero de las primeras incursiones de la franquicia en el cine. En su lugar, la cinta de Nickelodeon ha tomado la decisión más lógica: traer las Tortugas Ninja, iconos de la adolescencia en los ochenta y noventa, a la actualidad. Ello se hace patente en la animación experimental deudora de Spider-Verse, la apelación a la generación Z desde sus gustos y el magistral doblaje al español.
TMNT: Mutant Mayhem es, de la mejor manera posible, un derroche de estilo. A través de una trama simple, manida y apenas funcional, la cinta parece suplir las carencias del guion con un diseño de arte excepcional donde la animación a mano convive con la digital mediante un cuidado ejercicio con las texturas de iluminación, que crean una suerte de cel-shading para estilizar las figuras y recargar la imagen. Este barroquismo confiere al filme una pátina de suciedad que casa con su tono gamberro y contracultural. Las Tortugas Ninja viven en las alcantarillas, se ensucian a base de pizza y tienden al ejercicio físico; la imagen da fe de ello sin llegar nunca a lo desagradable. Además, el recargamiento y la suciedad permiten juegos estilísticos en las secuencias de acción, donde las onomatopeyas vuelan en pantalla al más puro estilo comiquero y las tramas de velocidad enmarcan cada movimiento casi a modo de viñeta.
Hablaba antes de la actualización de unos iconos noventeros a la actualidad, en especial para la demografía zoomer. Hay homenajes a clásicos de artes marciales, pero también a YouTube e influencers, al UCM, animes en emisión como Shingeki no Kyôjin (WIT Studio y MAPPA, 2013-2023) y Boku no Hero Academia (Bones, 2016), y películas de animación al estilo de Despicable Me (Pierre Coffin y Chris Renaud, 2010) o la subversiva Megamind (Tom McGrath, 2010). TMNT: Mutant Mayhem fija un público objetivo y jamás traiciona sus intenciones. Quizás lo más sorprendente es que estas referencias pop, algo más atemporales que simples modas pasajeras, se insertan con total naturalidad al hacer de las Tortugas Ninja habitantes de nuestra sociedad en el presente. De ahí la importancia del doblaje español: expresiones como «en plan random«, «bro», «de chill», «tener mucho flow», «un huevo» o «movida» resultan probablemente más atractivas para la persona leyendo estas líneas que el doblaje inglés original. La versión española captura el lenguaje zoomer con absoluto acierto y eleva el contenido a un nivel de disfrute tan solo asumible para aquellos en sintonía con la cultura del meme, la meta-ironía y el postmodernismo actuales. También actualiza de forma sutil la diversidad: de la estilizada April O’Neil de los ochenta y noventa pasamos a una mujer racializada, rolliza y pecosa, una representación necesaria y positiva para la juventud actual.
Puede que TMNT: Mutant Mayhem no sea, en términos estrictos, lo mejor del 2023 por su trama más que pasable, pero ofrece a cambio una animación que quita el aliento, una actualización de todo un icono del siglo pasado y un saber hacer que, desafortunadamente, no parece que vaya a crear escuela con su discreto estreno.
Nuria Vidal: Time T2 (BBC)
En 2021 se emitía en la BBC la miniserie Time, un drama carcelario que se convertiría en un gran éxito de audiencia con millones de espectadores semanales. Protagonizada por Sean Bean y Stephen Graham, la serie creada por Jimmy McGovern se hizo con el BAFTA a mejor miniserie siendo uno de los mayores triunfos de la ficción británica de los últimos años. Pronto, no tardó en anunciarse una segunda temporada; un movimiento muy poco frecuente en las cadenas públicas no streaming, pero muy lógico teniendo en cuenta las enormes posibilidades que ofrecía el argumento de la serie. Así, de repente, Time pasaría a ser una serie antológica cuya segunda entrega hemos podido disfrutar este 2023.
De este modo, la T1 se ubica en una cárcel masculina en la que seguimos al prisionero Mark Cobden (Bean) y su relación con el guardia Eric McNally (Graham), quienes ven expuestos sus conflictos éticos, morales y profesionales en un entorno claramente hostil. Si bien la primera entrega tiene una estructura de dos protagonistas a cada uno de los lados de los barrotes; la T2 ramifica su trama para relatar las historias de tres mujeres y su supervivencia en prisión. Esto último un gran acierto ya que la multiplicidad de puntos de vista añade mucha más profundidad y, al tratarse de mujeres, también añade una mayor carga emocional. Así, acompañamos a Orla O’Riordan (Jodie Whittaker), una madre soltera con tres hijos que ingresa en prisión por primera vez tras realizar una conexión ilegal de su hogar a la red eléctrica municipal; a Abi Cochrane (Tamara Lawrence), una prisionera con cadena perpetua por cometer un acto atroz; y, por último, a Kelsey Morgan (Bella Ramsey), una joven adicta que debe lidiar con un embarazo no deseado. Además de recuperar a la consejera Marie-Louise O’Dell (Siobhan Finneran) de quien descubriremos su pasado turbulento.
En apenas tres episodios – como también sucedía en la T1 – se relata de una manera muy eficaz la hostilidad de la vida en prisión y los relatos humanos que se esconden tras la violencia. Una violencia que, aunque atraviesa gran parte del primer episodio, se disipa para centrarse en la identidad de las tres mujeres y su relación con el crimen que han cometido. En este sentido, las incorporaciones en esta temporada de Helen Black como guionista y de Andrea Harkin como directora es significativa para dar forma a temáticas femeninas como la sororidad y la maternidad y como éstas se conjugan en un entorno carcelario. Orla se enfrenta a un sistema opresor que anula a las madres con pocos recursos; Kelsey entra en conflicto con sus necesidades físicas y sus carencias emocionales al quedarse embarazada; y Abi lidia con las consecuencias de una depresión posparto. Como ya hemos expresado, temáticas relevantes y actuales que enmarcan la serie dentro de una emotividad enorme lejos de caer en lo melodramático.
Esta entrega de Time tiene de todo. Es cruda y violenta; pero, también es esperanzadora y reivindicativa, a la vez que es sencilla y muy poderosa. Y, como espectador, a lo mejor se deja caer alguna lagrimita. Aunque, por encima de todo, están tres actrices que realizan unos trabajos excepcionales llenos de matices donde destacan una irreconocible Jodie Whittaker y una pletórica Bella Ramsey en su mejor momento profesional. Lo lógico es pensar que se les reconocerán, como a Sean Bean por la T1, en los premios BAFTAS 2024. Esperemos que sí. En definitiva, la T2 de Time demuestra, otra vez, la gran calidad de la ficción británica televisiva que, en contraposición a la estadounidense, apuesta por centrarse en la contradicción de los personajes que a la morbosidad de los hechos. Sin duda, de las ficciones más destacables de este año.
Laura Taltavull: La Mesías (Javier Ambrossi y Javier Calvo, Movistar +)
Este año la brillantez cinematográfica de Javier Ambrossi y Javier Calvo, el dúo dinámico detrás de éxitos como Paquita Salas (2016-) y Veneno (Atresmedia, 2020), ha vuelto a hacerse patente con La Mesías, su nueva serie de televisión producida por Movistar+. En esta última aventura, la talentosa pareja combina a la perfección realidad y fantasía, siempre con un fuerte compromiso social y emocional, para crear un relato sobre cómo el ser humano vive todo aquello relacionado con lo religioso y espiritual que no solo cautiva a la audiencia, sino que también desafía sus propias fronteras.
La serie de televisión toma como punto de partida a dos personajes: Enric e Irene, dos hermanos que, a sus treinta y muchos años, no saben nada el uno del otro. Una serie de sucesos hará que se deban reencontrar para enfrentarse a un pasado traumático del que su madre, Montserrat, es la protagonista y causante de gran parte de sus desdichas. Igual que ya hicieron en Veneno, en su nueva serie, Los Javis vuelven a emplear una estructura narrativa marcada por frecuentes saltos temporales con los que construye todo un universo oscuro y cruel sobre las sectas religiosas, el fanatismo y el abuso parental. Ambrossi y Calvo desdibujan las líneas entre lo místico y lo cotidiano de manera prodigiosa, elaborando un perfecto estudio psicológico de los personajes principales a los que se le van uniendo otros tantos secundarios enigmáticos y multidimensionales que acaban por construir un mundo complejo lleno de capas que desgranar y analizar.
Gran parte del éxito de esta obra la tienen los excelentes intérpretes Roger Cassamajor, Macarena García, Lola Dueñas, Carmen Machi y Ana Rujas, que dotan a sus personajes de una profundidad en absoluto arquetípica, si no que construyen sus identidades a través de la lucha contra sí mismos, sus conflictos y deseos internos en muchas ocasiones contradictorios a sus morales y autodestructivos. En La Mesías también vemos nuevos rostros en el panorama de la interpretación como Albert Pla, Amaia Romero (ambos relacionados con el mundo de la música, aunque sí se les ha podido ver en algún que otro proyecto cinematográfico anterior) o los más jóvenes, Irene Balmes, Carla Mora, Bruno Nuñez, Biel Rossell, Sara Martínez o Iona Roig que realizan unas actuaciones magníficas.
Desde luego, el trabajo visual de la serie también es digno de alabanzas. Quien haya seguido la carrera de ambos directores percibirá con entusiasmo el nivel de precisión y manejo del lenguaje cinematográfico que han cultivado con los años. La cámara funciona como una estilográfica con la que se describen los personajes más allá de los diálogos. La fotografía de Gris Jordana y la dirección artística de Roger Bellés también son dos de los aspectos estilísticos más llamativos de la obra, al igual que el montaje de Alberto Gutiérrez, que, como ya hemos comentado, es una parte esencial para dar forma al complejo universo de la serie.
En definitiva, La Mesías es, sin duda, un testimonio de la mayúscula capacidad de los Javis para crear obras deslumbrantes y que, además, resuenan tanto e invitan a la reflexión. La serie no teme ahondar en las complejidades de las emociones humanas, retratando con autenticidad momentos de alegría, tristeza y autodescubrimiento, sin temer a denunciar aquello que no funciona en nuestra sociedad; además de tratar temáticas tan importantes a reivindicar como el abuso infantil y las sectas.
Raff Guardiola: Baldur’s Gate 3 (Larian Studios)
Este año 2023 ha sido un año exitoso para la industria videolúdica y para los jugadores. Pocos años hemos visto el lanzamiento de tantos y variados juegos con tanta aclamación tanto crítica como por parte de los jugadores como en este año que despedimos. Uno de los grandes triunfadores de 2023 ha sido, sin lugar a dudas, el renacimiento de la saga Baldur’s Gate por parte de Larian más de dos décadas después de la última entrega de la saga. Gran triunfador de los Game Awards 2023, donde ganó en casi todas las categorías en las que estaba nominado, Baldur’s Gate 3 ofrece mucho más que el mero éxito de haber vendido muchísimas más copias de las que desarrollador y distribuidores preveían.
Siguiendo una fórmula de jugabilidad muy similar a la de otros títulos propios de Larian como Divinity: Original Sin y Divinity: Original Sin II, con un combate por turnos y un juego regido por la narrativa y con el árbol de conversación como una de las mecánicas básicas para avanzar en la partida, Larian consigue en Baldur’s Gate 3 una gran adaptación de las reglas de la 5ª edición del popular juego de rol de mesa Dungeons & Dragons, sin perder en absoluto la esencia de entregas anteriores de la saga videolúdica a pesar del cambio de modo de combate. Desde el primer acto hasta el prólogo, Larian crea un mundo vivo, que permite un altísimo grado de interacción y con una gran diversidad de maneras de enfrentarse a los retos. Asimismo, el lore que se deriva del universo narrativo en el cual se basa está muy bien entretejido con todo lo anteriormente mencionado, siendo a su vez amigable para veteranos y novatos.
Esta diversidad de formas de afrontar los retos ludonarrativos propuestos reside tanto en la variedad de mecánicas a disposición del jugador, la mayoría de ellas derivadas de Dungeons & Dragons, como de la capacidad del jugador para personalizar su avatar, independientemente de si se trata de uno de los siete personajes de origen o un personaje creado de cero por el propio jugador. Todo ello y en conjunción con un mundo jugable repleto de contenido podría dar la sensación al jugador de un juego interminable, largo y tedioso. Sin embargo, la manera en la que los desarrolladores han conseguido hilar toda la trama para que las misiones y encargos secundarios tengan relevancia de cara a la historia principal y las historias de personaje consigue que esa sensación desaparezca por completo, con una narrativa cohesionada tanto por los elementos narrativos como los jugables.
En un mundo en el que la inmediatez y la brevedad han sobrepasado de forma abrumadora las historias cocinadas a fuego a lento y, en muchos casos, se desecha todo aquello que requiere muchas horas de atención activa, Larian consigue devolver al mainstream un juego con una historia intricada, una jugabilidad relativamente compleja para quien no esté avezado a este tipo de juegos y, en definitiva, un producto al que hay que dedicarle mucho tiempo. La recompensa es uno de los mejores juegos de rol de las últimas décadas. Baldur’s Gate 3 no es solo el renacimiento de una de las sagas más queridas del rol videolúdico, es la sublimación en forma y contenido de la misma. Es, en definitiva, una de las grandes obras (en cualquier medio) que nos deja 2023.
Nuestro trabajo tiene como objetivo el análisis de la construcción de la ficción audiovisual y su significado cultural. Desde planteamientos transversales e interdisciplinarios, nuestras investigaciones reflexionan acerca de los mecanismos narrativos y la puesta en escena de las ficciones audiovisuales en distintas plataformas (cine, televisión, anime, videojuegos y transmedia). Así, entendemos estos productos como elementos esenciales para comprender nuestra identidad cultural y como herramientas de diálogo y debate con la sociedad.