Temporada 4 de «Killing Eve»: un final que los fans no van a perdonar
Killing Eve ha acabado cuando tenía que acabar, desde luego no con el mejor de los finales, pero al menos ha acabado y no se ha alargado en el tiempo como alguna otra serie que yo me sé. Como siempre, nuestras protagonistas, no han gozado de mucho tiempo juntas en pantalla pero han sabido reconciliarse de una manera «normal». Eve ha sabido tener paciencia con Villanelle a lo largo de los episodios y es que, ambas saben, que están hechas la una para la otra (al fin y al cabo no le ha quedado otra a Eve porque Villanelle ha destrozado todo lo que amaba).
Aviso de que este articulo contiene spoilers.
He de admitir que este cambio de personaje de Eve no me lo veía venir, el hecho de que ella sea la villana se me hace raro, pero también es un cambio que quería Sandra Oh, ya que decía que su personaje era muy aburrido comparado con Villanelle. Y, hablando de la reina de Roma, esta temporada se la aha visto perdida, intentando comunicarse con su lado espiritual (que más que su lado espiritual, era su alter ego disfrazado de Dios), signo de que estaba perdiendo el norte, y a la vez intentando olvidar a Eve. El final de la tercera temporada fue muy potente y, obviamente dejó a nuestras chicas destrozadas, siendo una señal de que cada una tenía que rehacer su vida. Villanelle decide hacerlo por el camino de la espiritualidad e Eve por el camino de los asesinatos. Dos resoluciones que no combinan nada con los personajes. Aunque, obviamente, esta tapará religiosa es un método de Villanelle para dejar de pensar en Eve y poder cambiar su vida. Caso error.
Pero a Villanelle no le dura mucho la religión y la bondad, ya que, en tan solo el primer episodio pierde todas esas raíces al matar al sacerdote De la Iglesia y a su hija (estaba claro que ese no era su camino). Así que va en busca de Eve y en busca del trabajo para el que ha nacido: matar. Y un personaje al que estoy dejando de lado es a Carolyn, quien me ha sobrado toda la temporada: sus episodios han sido aburridos y en especial en el que se va al pasado para descubrir al fundador de «Los 12». La participación de Carolyn en esta temporada no me agradó desde el principio y durante los episodios que me di cuenta que no es buena persona, y que solo vela por sus intereses.
Después de que Villanelle abandone sus creencias e intente recuperar a Eve, vuelve a sus raíces, vuelve a lo que le hace feliz: matar a maleantes. Mientras una de las protagonistas va por ese camino, la otra intenta desmantelar a «Los Doce», mediando conversación con Helena, una de las superioras del grupo y con la que Eve juega al gato y al ratón durante varios episodios. Finalmente, después de que Helene intentara matar a Villanelle por la implicación de Eve en la investigación de «Los Doce» (por una vez que Villanelle no hace nada), nuestras protagonistas asesinan a Helene juntas. Cuanto romanticismo. Y cuando parecía que iban a reconciliarse, Villanelle huye a una isla y conoce a su siguiente ligue. Parece que ya no hay esperanza para nuestras chicas.
Un aspecto que me ha gustado mucho, es el hecho de que Villanelle decidiera ir a terapia para averiguar que le pasaba, porque sabia que no estaba en sus cabales; vela por su salud mental porque, obviamente, toda la situación la ha dejado descolocada a muchos niveles. Además, es un aspecto que no se hubiera visto en las primeras temporadas, ya que el nivel de sociopatía de Villanelle era tan alto que no creo que supiera lo que eran emociones. Pero hay un punto de inflexión en ella en la tercera temporada y eso, con muchas otras cosas que hay a su alrededor, hace que el personaje evolucione y sienta cosas que nunca ha sentido. Nunca es fácil hacer frente a la muerte de una madre o de personas que a ella no le han hecho nada personalmente. Antes lo veía como trabajo, ahora empieza a ser más complicado. Pero no para Eve, que parece que lo hace con los ojos cerrados.
Creo que el hecho de que hayamos visto a las protagonistas en un cambio de papeles ha estado muy bien, ya que Eve salva a Villanelle de la chica de la isla donde huye, y por fin surge ese momento que han estado esperando todos los fans: las protagonistas no tienen miedo de mostrarse su amor, se besan y se abrazan, por fin son honestas la una con la otra, se quieren y quieren estar juntas porque saben que son tal para cual. Después de 5 años persiguiéndose, dejan de hacerlo para por fin estar juntas. La verdad que ese momento hizo que se me reblandeciera el corazón. Y aunque esto es muy bonito, no dura mucho. La divertida de Laura Neal (guionista) decide, tras un episodio en el que nos hemos enamorado de la nueva pareja, quitarnos todo eso y hacer el final fácil: matar a Villanelle. El final más estructurado de la historia de los finales: muere el villano. Sinceramente no lo entiendo, saben que los fans lo han pedido durante cuatro temporadas y les ha dado igual. Y no solo que han matado a Villanelle, sino que quien lo ha hecho ha sido Carolyn, esto ya si que me parece el acto más despreciable de toda la temporada. Así queda claro que ella es una más y que no se diferencia de los realmente villanos.
En definitiva, creo que esta cuarta temporada se ha hecho muy larga y el final no ha satisfecho a nadie, ¿qué había de malo en que Eve y Villanelle se quedaran juntas y vivieran felices para siempre? Pues se ve que es demasiado complicado. No es, ni de lejos, la mejor temporada, pero hay muchos momentos que gustan al espectador. También he de decir que hay muchas muertes, e inesperadas, como la de Konstantin, que me emocionó mucho, y obviamente la de Villanelle me dejó destrozada. Eve no ha podido rehacer su vida de ninguna manera por eso creo que, al estar con Villanelle hubiera podido ser feliz de verdad, como antes o mas. Neal no ha sabido complacer a la fandom y está muy resentida. Además, no creo que las actrices estén contentas con el final tampoco. Pero es lo que hay, otro final de temporada que se desperdicia.
Larga vida a Eve y Villanelle.
Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pontificia de Comillas y actualmente trabajando en el departamento de producción del programa 5 Dies que se emite en IB3; además, una de las locutoras de un podcast de cine llamado La Belleza del cine que comparto con mi hermana y que está disponible en Spotify.