Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Esas Hermosas Damas de la Lucha: Machu Picchu

Las personas nostálgicas de la cultura televisiva de los años ochenta ya saben a estas alturas que hay dos series que no pueden perderse bajo ningún concepto: Stranger Things, la creación de corte fantástico de los hermanos Duffer (Netflix, 2016-  ) y la dramedia GLOW, creada por Liz Flahive y Carly Mensch para la misma plataforma de streaming, con producción ejecutiva de la poderosa Jenji Kohan. Centrándonos en la segunda, menos conocida de momento pero merecedora de atención tanto como el regreso triunfal de Winona Ryder, recordaré que en este blog, que siempre está al día, se ha escrito no solo sobre la serie en general, sino sobre dos de sus protagonistas en particular: Ruth Wilder y Debbie Eagan, interpretadas por Alison Brie y Betty Gilpin, respectivamente. Sumándome a la visibilización del diverso y talentoso elenco de GLOW, hoy quiero traer a primer plano a otra Hermosa Dama de la Lucha: Carmen “Machu Picchu” Wade.

La mujer real que da vida a Wade se llama Britney Young, y nació poco después de que el proyecto G.L.O.W. que Netflix recupera ahora en la serie homónima viera la luz en Las Vegas. Parida en Japón a finales de los ochenta, vivió hasta los nueve años en Tokyo, continuó siendo criada en Alaska y se graduó en la Escuela de Cine del ombligo de la industria (Los Ángeles). Así, Young es en sí misma un ejemplo de mezcla racial y cultural. Su padre es afroamericano y su madre es blanca, y ella se auto-identifica en las redes sociales como “Hafrican”. Además, su papel en GLOW se celebra como ejemplo positivo de inclusión de cuerpos femeninos que no se adaptan a la belleza canónica y tirana del mundo de la moda y los medios mainstream.

GLOW-Britney Young

La carrera de Young de momento es breve, pero prometedora. Ha aparecido en un episodio de la comedia Crazy Ex-Girlfriend (CW, 2015-  ), y ha sido recurrente en Those Who Can’t (truTV, 2016-  ), que ha sido renovada para una tercera temporada. Detrás de las cámaras, ha trabajado como asistente de producción en películas como Joyful Noise (Todd Graff, 2012) y en series como The Mentalist (CBS, 2008-2015). Sin embargo, no cabe duda de que su gran momento le ha llegado como actriz con GLOW y “Machu Picchu”. Ella misma ha reconocido en varias entrevistas que el empeño del personaje por conseguir lo que desea la ha inspirado personalmente, y que su vínculo con las demás protagonistas de la serie la ha movido al activismo feminista, apoyando causas como la de Planned Parenthood o la Marcha de las Mujeres.

El personaje de Carmen Wade está basado en la luchadora de origen samoano Emily Dole, conocida en el G.L.O.W. original como “Mountain Fiji”. Fallecida hace unos días (el 2 de enero de este año que apenas estrenamos), fue una atleta que estuvo cerca de ir a los Juegos Olímpicos en dos ocasiones (1976 y 1980) y que se acercó al mundo del entretenimiento a través de papeles secundarios en películas sobre deporte de competición como Personal Best (Robert Towne, 1982). Cuando se unió al show G.L.O.W. se convirtió en la mujer más imponente sobre el ring, con casi 160 kilos de presencia.

GLOW-Mt Fiji

En la propuesta de Netflix, Carmen llega al casting del piloto como una joven “medio Cherokee” (sus palabras) con sueños y sin experiencia ante el público, como tantas de su momento y lugar. Recibe su nombre artístico en el episodio tres, en el que se pone sobre la mesa el uso de estereotipos en el espectáculo mediático y el cual deja entrever que, tras la identidad ficticia de “Machu Picchu, la fortaleza peruana” hay una persona real con una sonrisa tan imparable como su fuerza física.

GLOW-Carmen sonriendo

Wade es una mujer tímida que va saliendo del cascarón y conociendo su poderío poco a poco, literalmente a base de golpes y con victorias importantes (en la lucha y en la vida) que la hacen crecer. En su caracterización son fundamentales las relaciones que forja con otras mujeres, construyendo vínculos de amistad y sororidad en un marco que supuestamente fomenta la competitividad. Su decisión de ser luchadora como su padre y hermanos (míticos “gigantes” del ring, según se nos hace saber en el primer capítulo) desmonta expectativas y rompe esquemas. Nada en ella es ordinario, y merece la pena conocerla desde esa primera soberbia caída de espaldas en la segunda entrega.

 

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