Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Llamadme Red

En publicaciones anteriores me he declarado fan de la serie de Netflix Orange Is the New Black, que actualmente nos tiene esperando impacientes su cuarta temporada. He escrito sobre su origen como adaptación del libro autobiográfico del mismo título escrito por Piper Kerman, he repasado la carrera de su creadora, Jenji Kohan, y he rendido mis pequeños homenajes a algunos de mis personajes más queridos y más odiados (“Crazy Eyes” y “Pornstache”). Siguiendo estas líneas de posts, hoy me gustaría revisitar, mientras retorna a mi pantalla, a la fabulosa Red.

Galina “Red” Reznikov es interpretada en Orange Is the New Black por la actriz Kate Mulgrew, que lleva presente en ficciones televisivas desde 1975, y a quien el público recuerda sobre todo por su personaje de la Capitana Kathryn Janeway en Star Trek: Voyager. En la serie de Netflix es una de las reclusas más veteranas, y ha aprendido a moverse por el sistema penitenciario hasta construir su propio reino. Está basada en la figura real de “Pop” que aparece en el libro de Kerman, y sin duda es una de las protagonistas que brillan con luz propia dentro del elenco coral de Kohan.

El público que empieza a ver Orange conoce pronto a Red: con ella tiene Piper Chapman, la novata (co)protagonista y alter ego ficticio de Kerman, uno de sus primeros encontronazos. Cuando Piper critica la comida de Litchfield choca de frente contra el orgullo profesional de Red, jefa de cocina, y los siguientes días se convierten para ella en un infierno. Desde encontrarse en su bandeja bocadillos de tampones usados hasta pasar hambre porque todo el personal se niega a servirle, el castigo de Piper pone de manifiesto que nadie ofende a Red y sale indemne. Al encontrar la forma de ganarse su perdón y la reintegración en la «tribu» de las presas blancas, Piper aprende una de sus primeras lecciones carcelarias.

Durante toda la serie hasta el momento Red ha sido una líder. Encabezando a las Red’s Girls primero (sus ayudantes en la cocina, que la admiran, le obedecen y se protegen unas de las otras) y uniéndose a las Golden Girls después (las reclusas de más edad, que viven y trabajan en su propio universo sin que nadie les preste atención), ha sabido superar los baches y sortear a la competencia. Después de perder la fidelidad de “sus chicas” tras un incidente que casi le cuesta la vida a una de ellas, Red logra recuperarlas y reactivar su negocio de contrabando a través de las furgonetas de entregas de material para su cocina. Tras tensiones serias con la líder negra Vee y sus seguidoras, también vuelve a ganar el territorio perdido. Y cuando es desterrada a otras ocupaciones como penitencia por sus conflictos con funcionarios de la cárcel y con sus rivales latinas, es capaz de imaginar alternativas para no perder los beneficios de su “empresa” y de establecer alianzas nuevas en los lugares más inesperados.

Red

La presencia física de Red es imponente: grande, fuerte, con su pelo rojo y su gesto serio, su cuerpo es parte de su identidad como líder. Se cuida y deja que la mimen, pone cariño en sus recetas, por limitados que sean sus recursos, y maneja su voz e incluso su acento como herramientas de autoridad. Los flashbacks de la serie la muestran como más insegura y vulnerable cuando estaba fuera de prisión, y su evolución como presa, como madre, como esposa y como mujer de negocios se hace evidente. En la última temporada emitida hasta la fecha tampoco duda en convertir su sexualidad en un instrumento en los juegos de poder de Litchfield, y denuncia las estrategias de los guardas y administradores para robarles la agencia y la autonomía a ella y a todas las demás reclusas.

Con todo, Red sigue creciendo como personaje atractivo, con matices que vamos descubriendo a medida que Kohan la coloca en tramas relevantes de Orange Is the New Black. Su dureza adquirida no le resta un ápice de humanidad, y su resiliencia es testimonio de la capacidad para salir delante de personajes como ella y personas como la Pop que Kerman recuerda con afecto en su autobiografía.

 

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