Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Nombres propios (in memoriam): Steven Bochco

Hace apenas tres dias que nos dejaba Steven Bochco a los 74 años víctima de una leucemia diagnosticada en 2014. La noticia conmocionó al mundo de la televisión, a críticos  e investigadores de la ficción televisiva quienes reconocían/reconocemos la enorme deuda que este medio tiene con la nueva manera en que, en la década de los 80, Bochco nos presentaba argumentos y personajes. Quizá, tal como señalaban algunos medios de comunicación, su nombre no esté en el imaginario de los espectadores contemporáneos —a los que el nombre quizá les quede un poco lejos y/o se vea «tapado» por creadores o títulos icónicos como J.J.Abrams con Lost o David Chase con The Sopranos— pero no cabe ninguna duda de que Bochco es el iniciador del paso de la ficción televisiva como entretenimiento a ser considerada como un producto cultural de primera magnitud. O, para ser académicamente rigurosos, de la conversión de los seriales televisivos episódicos en «prime time novels».

Bochco nace en Nueva York en 1943 en el seno de una familia judía. Tras estudiar en la High School of Music and Art de Manhattan, se traslada a la Carnegie Mellon University de Pittsburgh para estudiar dramaturgia graduándose en la especialidad de teatro en 1966. El siguiente paso fue trabajar como guionista y supervisor de guionistas en series emblemáticas de la década como Ironside (NBC, 1967-1975), Columbo (Universal 1968-2003) o McMillan & wife (NBC, 1971-1977), todas ellas de gran éxito de público y enmarcadas en la ficción criminal. Si bien sus argumentos no rompían excesivamente con los clichés del género, sí resultaba interesante el planteamiento de personajes un tanto inusuales en el mismo —a excepción del empalagoso matrimonio formado por Rock Hudson y Susan Saint-James— como eran un policía a quien un caso le deja relegado a trabajar como detective privado en una  silla de ruedas o un detective no excesivamente pulcro pero con una mente brillante y una enorme capacidad de sacar de quicio a los malhechores de turno.

HSB inicia la llamada «televisión de calidad»

No será hasta 1981 cuando el nombre de Bochco adquirirá una extrema notoriedad en el círculo de los creadores televisivos y entrará en la historia de la televisión. La razón: Hill Street Blues, una serie que, como comenta Robert Thompson, marcará el comienzo de la televisión de calidad y que, a partir de los esquemas del género policiaco, planteará un estilo y unos contenidos que «ningún show había desarrollado hasta el momento». A las historias de los integrantes de la comisaría de Hill Street siguieron las historias de los detectives de una comisaría de Nueva York en NYPD Blue (ABC 1993-2005) , unos policías más que imperfectos y conflictivos cuya estela han seguido series contemporáneas y que tendrán en las franquicias de Dick Wolfe a sus máximos exponentes. Una maestría narrativa y un liderazgo innegables que forman parte imprescindible de textos académicos y de series divulgativas que trazan la historia de la ficción contemporánea y en los que Steven Bochco tiene un lugar predominante. Baste como ejemplo, esta entrevista en la que el creador habla sobre la serie.

Desde la producción de las series emblemáticas a las que hemos aludido, el trabajo de Bochco fue desigual. A ficciones de calado como L.A Law (2oth Century Fox, 1986-1994) siguieron otras con peor suerte como el dramedy Hooperman (ABC, 1987-1989) que narra la relación entre el policía que da nombre a la serie y una guionista que se ocupa del mantenimiento de la casa heredada por éste y cuya emisión se extendió solo a dos temporadas; Cop Rock (ABC, 1990) que duró una única temporada y en la que se combinaba el trabajo policial con números musicales y de baile;  o la meliflua Commander in Chief (ABC 2006-2007), iniciada por Rod Lurie y continuada sin mucho éxito por Bochco primero y por Dee Johnson después, en la que veíamos los problemas —habitualmente domésticos más que políticos— a los que se enfrentaba  McKenzie Allen, la primera mujer presidente de los Estados Unidos.

Una producción desigual que se extendió a distintos proyectos fallidos desde 2007 hasta 2014 coincidiendo con dos elementos que se alejaban del modo de trabajo de Bochco. El primero, el auge de intenet como plataforma de transmisión de contenidos ficcionales; el segundo, el recambio generacional de guionistas y showrunners que, como el propio Bochco afirmaba, tenían maneras de trabajo diferentes pero también relaciones distintas con los productores ejecutivos de cada una de las cadenas. Justamente este hipotético choque generacional va a ser mencionado por Bochco en una entrevista publicada en 2013 con motivo del estreno de la serie Murder in the First (TNT, 2014-2016), una serie en la que, sin embargo, coincidieron dos generaciones de guionistas ya que el show tuvo como co-creador a Eric Lodal quien había iniciado su carrera en 2005 con el corto The Locrian Mode y con solo un proyecto de serie de televisión, Laredo,  que no llegó a buen puerto.

Bochco en el set de rodaje de «NYPD Blue»

Independientemente de los éxitos o fracasos de Bochco, todos los guionistas contemporáneos reconocen su legado. Por eso queremos acabar nuestro homenaje con las palabras del mejicano-americano Dennis Leoni quien comparando la escritura televisiva con la fílmica dirá que «guys like Steven Bochco are my heroes because I think the show he created, Hill Street Blues is still a benchmark for all television series drama (…) When you can put a show on every week and have that show be as good as any little feature film, you have to hand it to that man or woman creator. Not only is he or she doing great work, he or she is doing it every week. I find that very impressive».

 

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